El futuro del príncipe Simeón, hijo de Kalina de Bulgaria: vivir con los monjes Shaolin en China

Hace una semana, el príncipe Simeón de Bulgaria cumplió 18 años y lo celebró con un almuerzo con su abuelo -el rey Simeón- y sus padres -Kalina de Bulgaria y Kitín Muñoz-, asistió al Festival de Máscaras de Surova y, por la noche, tuvo una cena con sus amigos en un restaurante de Sofía. Así lo ha contado en una entrevista en la revista ¡Hola! en la que ha destacado algunos de los regalos que le hicieron: unos gemelos de plata que le regaló su abuelo; el detalle de su madrina, la princesa Irene de Grecia; el regalo de una amiga; y uno de los mejores cuchillos del mundo que le regalaron sus padres.

Sobre Simeón sabemos que habla cinco idiomas (español, búlgaro, inglés, francés y árabe) y es un apasionado del deporte, sobre todo, del snowboard, el taekwondo, el entrenamiento con pesas y el kung-fu, que lo aprendió en Marruecos (cabe recordar que vivió allí durante 12 años). Actualmente, está estudiando en el British School, donde este curso acabará el bachillerato internacional, y ya tiene claro qué quiere hacer después.

Kung-fu y una aventura transoceánica

Lo primero que tiene en mente lo llevará hasta China, concretamente en la provincia de Henan. El príncipe explica que los monjes Shaolin lo han aceptado para vivir con ellos en el templo, situado en la montaña de Shaoshi. Allí aprenderá más sobre el kung-fu y seguirá "una disciplina y una filosofía espartana de vida".

Luego, se embarcará en una gran aventura en familia. Resulta que su padre, aventurero y explorador, ha organizado una expedición transoceánica a partir de enero de 2026 con una balsa de juncos para seguir su ensayo de arqueología experimental de navegación primitiva, detalla la revista ¡Hola!. Junto a ellos irán tripulantes indígenas. Simeón afirma que está feliz de compartir esta experiencia con su padre y su madre.

Un verano al volante y con formación militar

Tras acabar las clases y graduarse en el colegio, el joven tiene decidido que terminará de sacarse el carné de conducir y pasará el verano en diferentes puntos de España. En Cantabria volverá a hacer un curso de navegación a vela, mientras que en la costa de Alicante se unirá a uno de buceo con un comandante boina verde.

También pasará por Miraflores de la Sierra (Madrid) para apuntarse, un año más, al Campamento de Orientación Miliar Don Pelayo. La idea es formarse para entrar en el ejército y prepararse "física y psicológicamente" para realizar las pruebas de acceso a los Boinas Verdes de cara a 2027: "Son muy duras, entran treinta de cada cien", afirma en ¡Hola!.

En el citado medio cuenta que tiene "clarísimo" que quiere ser un boina verde del Mando de Operaciones Militares. Esta vocación militar le viene de familia tanto paterna como materna. "Es parte de nuestra vida y de la de nuestros antepasados, y me hace mucha ilusión formarme en España, un país del que me gusta todo" y donde tiene familia y amigos.

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