Mari Ángeles Grajal, mujer del fallecido Jaime Ostos, confiesa que se enfrenta al "viaje más duro" de su vida

Fue solo hace unos días, el pasado 8 de enero, el día en el que se anunciaba el fallecimiento del torero Jaime Ostos. El español se encontraba pasando unas vacaciones navideñas junto a sus amigos y su mujer Mari Ángeles Grajal cuando sufrió un infarto que acabó con su vida.

Ese mismo domingo, la familia procedía a su incineración en Colombia, lugar donde se encontraban y que reveló su hijo Jacobo Ostos. El joven había decidido no ir con ellos en ese viaje navideño por motivos profesionales, y el mismo confesaba que se arrepentía mucho de no haberlo hecho.

Será el próximo 20 de enero, a las 20:15 horas el momento elegido para celebrar el funeral del toreroen la Iglesia de Santa Bárbara de Madrid. Lugar donde sus cuatro hijos, Jaime, Gisela, Jacobo y Gabriela darán su último adiós a su padre.

Quién se ha visto muy afectada ha sido su mujer, Mari Ángeles, la cual ha sido también la encargada de realizar todos los trámites tras la defunción para de este modo poder llevar los restos de su marido a España, planeando su llegada a la capital el miércoles al mediodía acompañada de amigos que no la han dejado sola ni un solo momento desde la terrible pérdida.

Mari Ángeles ha declarado, explicando cómo se enfrenta al duelo que le está tocando sufrir. "No tengo palabras. Estoy destrozada. Era mi vida", ha confesado la viuda. Ella misma ha manifestado que no está durmiendo y que intenta apoyarse en sus seres queridos para hacer frente a este momento.

"Es el viaje más duro de mi vida", ha explicado la esposa del torero para referirse a este vuelo que jamás hubiera querido realizar portando los restos de su marido. Unas palabras recogidas por la revista Vanitatis que reflejan el triste momento que está viviendo con la muerte del torero a sus 90 años.

La salud del que fue considerado uno de los grandes maestros del toreo, era delicada, pero estable. Las navidades las había pasado en perfectas condiciones y creando bonitos momentos que ahora Mari Ángeles nunca olvidará.

"Eran unas navidades preciosas que celebramos en Cartagena, invitados por nuestros íntimos. Y Jaime, el más animado. Los amigos nos pedían que bailáramos sevillanas y si yo era un poco reticente, Jaime me insistía: "Venga Mari Ángeles". En Barú, donde hicimos una excursión, disfrutó muchísimo. Y el viernes ya en Bogotá, estuvimos en la plaza de Santa María, donde tuvo unas tardes maravillosas y vimos el hotel donde se quedaba cuando toreaba", relataba tristemente hablando de los últimos días de su esposo con vida en lo que parecían ser unas navidades más juntos, pero nunca imaginaron que las últimas.

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