Las conmovedoras palabras de María Adánez a su padre fallecido

María Adánez atraviesa uno de los mejores momentos de su vida. Hace un par de semanas la actriz entraba en los 45, en el año que probablemente será uno de los más especiales de su vida.

Adánez está esperando ansiosa la llegada de su primer hijo junto al neurólogo Ignacio Hernández, con quien mantiene una relación desde hace cuatro años. Así María se unirá al increíble fenómeno ‘baby boom’ que celebrities como Edurne, Canco Rodríguez o Paula Echevarría, están protagonizando este 2020.

Durante este puente de San José, la intérprete se ha acordado mucho de su padre, Luis, quien falleció hace un par de años y que por lo tanto, no podrá conocer a su nieto. Sin embargo, con motivo del Día del padre, Adánez le ha dedicado una publicación a su progenitor en la que se ha comprometido a que su hijo Claudio, sepa muy bien quién fue su abuelo Luis.

"Venga padre, que se pasa el puente de San José y no he publicado nada. Llegamos los últimos ¡pero llegamos! Ahí estás, más o menos con mi edad, lleno de sueños e ilusiones, verano en Cercedilla, cigarrillo en boca.”, escribía María junto a una antigua fotografía de su padre que adjuntaba al texto.

Tras ese comienzo, la actriz abría su corazón y le hacía públicamente una emotiva promesa a su padre: "Ya sabes que voy a ser mamá, aunque no conocerás a tu nieto, a mi hijo Claudio. Pero no te preocupes que le hablaré de ti, le enseñaré fotos de su abuelo Luis e intentaremos recordarte el día de tu cumpleaños".

Después, María hacía uso de un tono menos profundo y fruto de un enorme sentimiento y de la más absoluta espontaneidad, nos revelaba un secreto acerca de su embarazo: "¿Sabes que mi hijo nacerá entre el 20 y el 25 de Mayo?. Madre mía, será Tauro como tú, la paciencia, o quizá Géminis, más creativos, eso dicen...".

"'Cuando seas padre comerás huevos', me decías. Y aquí estoy, dispuesta a comerme las docenas que hagan falta", proseguía con mucha fuerza la actriz.

Por último, María le rendía a su padre un precioso homenaje en el que le agradecía que le hubiera enseñado "la música italiana; Mina y Fontana. Y por supuesto a Serrat y a Camarón de la Isla". También le daba las gracias "por todos los cocidos madrileños que me hiciste, qué ricos, con el choricito curao y el chato vino Señorío de los Llanos".

Pero sobre todo, la intérprete le agradecía a su progenitor lo siguiente: "Y gracias por hacerme creer que los sueños podían hacerse realidad. Sin duda, la mejor lección que me dejaste".

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