El motivo por el que Paloma Cuevas vuelve a sonreír tras su separación de Enrique Ponce

Paloma Cuevas está tratando de encauzar la que será su nueva vida sin Enrique Ponce, tras 24 años de matrimonio y dos hijas en común. La empresaria, que está volcada en el cuidado de sus pequeñas, Paloma y Bianca, y en sus padres, con quienes mantiene una fuerte unión, está completamente entregada en una serie de intrigantes proyectos profesionales que pronto verán la luz. Sin embargo, lejos de ser esos los únicos motivos que le tienen absolutamente encandilada, ha sido la llegada de un nuevo miembro de la familia el que le ha devuelto la ilusión.

A la espera de la firma del torero para oficializar su divorcio de mutuo acuerdo, la cordobesa está rehaciendo su vida en una de las propiedades que el todavía matrimonio posee: en el piso de Pintor Rosales, en el centro de Madrid. Un hogar que ha sido testigo de la incorporación de un nuevo inquilino que tiene a Cuevas y a sus dos hijas completamente enamoradas. El motivo es, nada más y nada menos, que un precioso cachorrito de color blanco que han adoptado.

''La magia de una nueva vida'', ha comenzado escribiendo junto al tierno vídeo en el que la diseñadora aparece dándole el biberón al perrito y en el que se escucha a una de sus hijas de fondo decir: ''¡Cómo se agarra, mamá!'', en referencia a cómo el pequeño coge el biberón con sus patitas. Además, ha querido aprovechar para pedirles consejo a sus seguidores para que así les ayuden a escoger el nombre del bebé: ''Estamos aun decidiendo su nombre. ¡Toda sugerencia será bienvenida!''.

Sin duda, un nuevo motivo por el que sonreír, que colmará su vida de felicidad en estos momentos tan complicados.

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