LA DECISIÓN FINAL
El torero Juan Ortega llamó al cura que iba a oficiar su boda antes de plantar a su novia en el altar
Esta semana, el nombre de Juan Ortega ha sonado con mucha fuerza después de conocerse que canceló su boda solo media hora antes de jurarse amor eterno con su novia. Con el paso de los días se van conociendo más detalles de esta decisión, siendo el último la llamada que hizo y que le empujó a este final.
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La espantada del altar de Juan Ortega se ha convertido en uno de los temas más sorprendentes, inesperados y comentados de los últimos días. El torero iba a casarse por todo lo alto este sábado en Jerez de la Frontera con su novia desde hace más de una década, Carmen Otte Alba, pero con todo preparado -y algunos de los 500 invitados esperándoles en la Iglesia- y a escasos minutos de darse el sí quiero, tomaba una drástica decisión: suspender la boda y huir a su casa de Sevilla, donde se ha refugiado y guardado silencio las 72 horas que han pasado desde la faena más controvertida de su vida.
A pesar de que ninguno de los protagonistas ha hablado por el momento, su entorno ha ido deslizando diferentes informaciones a varios medios de comunicación, y poco a poco se está construyendo el puzzle qué explicaría por qué Juan Ortega plantó a su pareja en el altar.
La noche antes de su esperado enlace -en cuyos preparativos llevaban meses volcados, especialmente la novia- celebraron una preboda con sus invitados en una céntrica bodega de Jerez, tierra natal de la doctora. Testigos aseguran que el diestro estaba bien y tan cómplice con Carmen como siempre, por lo que en ningún momento sospecharon que unas horas después iba a tirarlo todo por la borda.
La llamada que convenció al torero para cancelar la boda
Pero, ¿qué pasó el sábado y con quién habló Juan Ortega antes de convertirse en un novio a la fuga? Tal y como han revelado en Y ahora Sonsoles, el torero decidió hacer una llamada decisiva para transmitir sus dudas respecto a su boda.
Preocupado, y sin saber qué hacer ni si seguir adelante a pesar de no estar seguro, el sevillano -con fuertes convicciones religiosas- llamó a un sacerdote amigo que había viajado desde Barcelona para oficiar su boda. Fue a él a quien le planteó sus dudas por teléfono, y el cura le aconsejó que si no tenía claro si quería casarse con Carmen, que no lo hiciese porque sería algo de lo que se arrepentiría.
Aunque se ha especulado con la existencia de terceras personas o incluso con una presunta infidelidad durante la despedida de soltera de la jerezana, nada que ver con la realidad. Si Juan Ortega decidió suspender su enlace minutos antes fue por sus propias dudas respecto a su relación.
Una decisión que comunicaba a su prometida, que estaba ultimando los preparativos de su look nupcial -en concreto maquillándose y peinándose para el que se suponía que iba a ser el día más feliz de su vida- por teléfono. Ella, como no podía ser de otro modo, se quedó completamente en shock, sin creerse que su pareja desde hace 10 años iba a plantarla en el altar a media hora de su boda.
Antes de coger su coche para regresar solo a su residencia en Sevilla -donde por cierto vivía con Carmen hace más de un año- Juan Ortega también telefoneó a sus padres para decirles que no pensaba casarse. Y habrían sido ellos, y los padres de la doctora, los que habrían avisado a los 500 invitados, ya con todo listo para dirigirse a la iglesia, que no había boda.
Las consecuencias económicas a las que se enfrenta
Mientras Carmen se refugia en el domicilio de sus padres en Jerez de la Frontera y no deja de llorar por lo sucedido, su familia ha pasado a la acción y, según Y ahora Sonsoles, han exigido al diestro que se haga cargo de todos los gastos que ha conllevado la boda que no llegó a celebrarse.
Un banquete en una exclusiva finca para 500 invitados, los trajes, la luna de miel, lo adornos florales de la iglesia y otro tipo de costes que sumarían en total cerca de 90.000 euros que tendrá que asumir Juan Ortega, incluyendo el vestido de la novia.
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