¡NO LAS TIRES!
Cómo arreglar las chanclas de dedo con este artículo de papelería
Las chanclas suelen ser un calzado bastante delicado por el material con el que están hechas y, por eso, no es de extrañar que se rompan con facilidad. Antes de tirarlas a la basura, intenta arreglarlas tal y como propone @martstips, con este artículo de papelería.
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Que se rompa algo siempre da mucha rabia, sobre todo si hace poco que lo has comprado o es algo que le tienes mucho cariño. Muchas veces, lo primero que hacemos es tirarlo sin tan siquiera mirar opciones para arreglarlo. Esto genera muchos más residuos y no es para nada sostenible. Por eso, desde NovaMás te animamos a que arregles, o al menos lo intentes, aquellos objetos que se te han roto.
Ahora que es época de verano, usamos chanclas más a menudo. Este uso intensivo, sumado a que la calidad de algunas deja mucho que desear, hace que la vida útil sea más corta. Un tipo de chanclas que suele acabar más perjudicado son las chanclas de dedo, ya que la tira que va entre los dedos se puede romper fácilmente.
Con el objetivo de reaprovechar las chanclas rotas y que te duren unos días más, @martstips nos enseña, en una publicación de TikTok, cómo arreglarlas con un objeto de papelería: un clip.
¿Cómo se arreglan las chanclas de dedo con un clip?
Ve al cajón o coge el bote donde guardes los clips, coge uno y ábrelo. Pásalo por el rabillo de la chancla y ciérralo dejando el rabillo en el centro. Aprieta bien para que quede bien sujeto y no se mueva mientras caminas.
Y con estos sencillos pasos, ya tendrás tus chanclas de dedos arregladas y listas para durar un tiempo más.
Consejos de los expertos a la hora de llevar chanclas
Las chanclas y las sandalias son los calzados más típicos del verano, ya que permiten mantener el pie al aire libre y que se ventile durante estos meses de calor. Pero hay que tener en cuenta una serie de indicaciones porque tanto una como la otra comportan riesgos a la hora de caminar.
Desde el Colegio Oficial de Podólogos de la Región de Murcia recomiendan no llevar chanclas ni sandalias durante un largo período de tiempo, "ya que generan inestabilidad en el pie, no nos aseguran una adecuada sujeción y los dedos hacen un sobreesfuerzo al caminar". Es por eso que el talón y los arcos plantares se pueden ver afectados y provocar dolor y problemas de amortiguación.
Por su parte, el Colegio de Podólogos de Galicia (COPOGA) es más contundente y afirma que "está absolutamente contraindicado" utilizar este tipo de calzado para caminar y correr. Al no llevar sujeción en el talón, los dedos hacen garra para que no se caiga la chancla, un gesto que "produce una importante sobrecarga en la fascia plantar que se transmite al resto de musculatura posterior de la pierna, y puede provocar fascitis plantar, un dolor punzante en la zona interna del talón". Además, aumenta el riesgo de sufrir un esguince o lesión similar.
Para encontrar un lado bueno, el COPOGA propone usar las chanclas para evitar contagios de verrugas, papilomas u hongos en duchas públicas, piscinas y vestuarios. Asimismo, indica que, al llevar los pies descubiertos, hay que ponerse crema solar para protegerlos de los rayos UV y evitar posibles melanomas.
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