5 consejos para verse bien en los selfies sin trucos

Seguro que a ti también te ha pasado. Te miras al espejo y te ves estupenda, tienes el pelo perfecto y la piel más luminosa que de costumbre. Sin embargo, cuando intentas hacerte una foto con tu teléfono para presumir en redes sociales, es como si la cámara se volviese en tu contra y se empeñara en sacar la peor versión de ti misma.

Hacerse un selfie no debería ser tan difícil. Al menos a nivel técnico. El problema es que, en un mundo bombardeado con imágenes “perfectas”, casi siempre tratadas con filtros o Photoshop, entramos sin remedio en una absurda lucha interna por querernos como somos realmente. La perfección no existe, y aún menos en Instagram.

Existen numerosas iniciativas de belleza nacidas para invitarnos a aceptarnos y a mostrarnos tal como somos, sin filtros. Tendencias y retos virales que proclaman que el secreto de la belleza no radica en la perfección, sino en la autenticidad. Si quieres sumarte a esta saludable filosofía de vida y gritar a los cuatro vientos #nofilter, empieza por aprender a hacerte un selfie al natural en el que te veas bien, porque te sientes bien.

Estos son algunos de los trucos que usan los fotógrafos profesionales para que tus selfies parezcan auténticos y espontáneos, y al mismo tiempo realcen la singularidad de tu belleza. Sin filtros.

1. Elige tu mejor perfil

Si las famosas lo tienen en cuenta es por algo. Todos tenemos un perfil mejor que el otro. Elige el lado de tu rostro con el que mejor te veas en las fotos. No es una bobada, es cuestión de fotogenia. Una vez que lo has identificado, el consejo profesional es tomar el selfie con ese mismo brazo. ¿Tu mejor perfil es el derecho? Puez hazte la foto con el brazo derecho. Gira la cara un poco y sostén el teléfono a la altura de los ojos o ligeramente por encima. Esta postura realza de manera natural las cualidades del rostro, sin acentuar los pequeños defectos.

2. Ten en cuenta la luz

Si buscas el mejor momento para hacerte un selfie, tendrás que tener en cuenta la luz. Si estás en el exterior, este debe ser baja, preferiblemente antes o después del sol del mediodía, si no quieres resaltar hasta la más mínima de las imperfecciones del rostro. La luz del amanecer o del atardecer es, según los fotógrafos, perfecta para los retratos.

Sea como sea, siempre mira hacia la luz, como Caroline.

En interiores la cosa se complica. Las luces de casa suelen ser demasiado frías, por eso será siempre mejor que te acerques a esas lámparas que ofrezcan una luz más cálida. Prueba a ponerte junto a los apliques de pared, las pantallas de las lámparas o las luces del espejo. Con este sencillo truco, el selfie tendrá un encanto especial.

3. Elige fondos limpios

Un selfie es un autorretrato, tu cara es el objeto principal de la foto y lo que, obviamente, ocupará todo el encuadre. Por eso hay que prestar atención al fondo, aunque sea mínimamente visible, porque elegirlo bien puede marcar la diferencia.

Los fotógrafos recomiendan buscar fondos limpios y sencillos, como paredes coloridas, flores, una bonita manta o un césped donde tumbarse. Los selfies hechos en casa, con la cortina de la ducha detrás o la ropa para lavar al fondo, son menos románticos y definitivamente menos publicables.

4. Opta por la cámara trasera

Todos los teléfonos tienen una cámara trasera y otra frontal. Esta última es la que todo hijo de vecino usa para hacerse selfies porque es en la que te ves en la pantalla. Sin embargo, según los expertos, la cámara trasera suele resultar mejor porque tiene mayor resolución y es menos ‘gran angular’ que la de delante y deforma menos la cara. Además, el hecho de no vernos en la pantalla nos permite capturar expresiones más espontáneas y auténticas, y sonrisas más verdaderas.

5. Usa las dos manos

Esto seguro que no se te había ocurrido. Hasta ahora, para hacerte un selfie normal solo usabas una mano, pero si quieres hacerte un autorretrato auténtico y natural, es imprescindible usar ambas. Palabra de fotógrafo. Intenta que la mano que no hace la foto sea la coprotagonista de la foto. Hazla visible, ya sea poniéndote el cabello detrás de la oreja, colocándote las gafas de sol, tocándote el collar o los pendientes. Lo importante es que forme parte de la composición de la imagen. De esta manera, el resultado final se verá menos rígido, menos fingido.

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