ACTIVIDAD FÍSICA
Los 9 errores más frecuentes al entrenar en verano
Salir de la rutina de trabajo en verano puede ser beneficioso... o todo lo contrario. Repasamos algunos de los errores más frecuentes al entrenar en esta época.
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En esta época del año en la que nos dedicamos unos días de descanso, solemos cometer ciertos errores en relación a nuestro entrenamiento. Repasamos algunos de los más frecuentes con el objetivo de que sepas qué no hacer en estas vacaciones:
1. Dejar de entrenar
Exacto. Uno de los errores que más se cometen al entrenar en verano es precisamente abandonar por completo el hábito. Está genial y puede ser conveniente tomarnos un descanso durante las 2-3 semanas de vacaciones, pues nos ayudará a conseguir una recuperación completa y a desconectar de la rutina.
Sin embargo, alargar esas semanas por el hecho de ser verano es contraproducente: perderás parte de los beneficios conseguidos durante el resto del año. Una persona entrenada recupera relativamente rápido ese estado de forma, pero se pierden unas semanas muy valiosas.
2. Entrenar todos los días
Ni tanto, ni tan calvo. El buen tiempo y las vacaciones pueden llevarnos a un exceso de motivación y a querer realizar más actividad de las que nuestro cuerpo puede hacer con seguridad. Un par de ejemplos:
- Vas al gimnasio 2 o 3 días a la semana y en verano todos los días haces una actividad diferente: Pádel surf, voley playa, natación, buceo, senderismo...
- Aprovechas los fines de semana para salir en bicicleta o para correr más tiempo y en verano quieres hacerlo varios días a la semana.
Este incremento de volumen y/o intensidad te puede llevar a una lesión. Aprovechar para hacer más actividades es muy positivo, pero siempre adaptándolo a tu nivel y a tu experiencia.
3. Realizar actividades para las que no estamos preparados
En verano podemos realizar actividades a las que normalmente no tenemos acceso, ya sea por la ubicación, el clima, la falta de tiempo, etc.
Es importante que nuestra musculatura y organismo estén preparados para practicarla. Por ejemplo, es muy común alquilar una barca de pedales o querer aprender surf habiendo estado el resto del año sin entrenar o haciendo actividades que no nos preparan para disfrutar de ese nuevo deporte.
4. No estirar
Estirar es siempre uno de los grandes olvidados, tanto en verano como durante el resto del año. El periodo estival es el momento perfecto para coger constancia y regularidad.
Evita los estiramientos estáticos, los tradicionales (mantener una posición durante 15-20 segundos), antes de entrenar porque no nos preparan para la actividad, disminuyen el rendimiento y pueden aumentar el riesgo de lesión.
Sin embargo, en cualquier otro momento del día, sin necesidad de que se realicen inmediatamente después de practicar deporte, mejoran la movilidad y el rango de movimiento.
5. Entrenar con demasiada ropa
Aún hoy en día me encuentro con personas que entrenan con más ropa de la necesaria. Por ejemplo, se ponen una sudadera para correr aunque haga calor. El origen es una creencia falsa fundamentada en que sudar más ayuda a perder más peso, o en que el sudar es sinónimo de un buen entrenamiento.
Nada más lejos de la realidad: sudar más solo conlleva una mayor pérdida de agua corporal y, en consecuencia, reducción de la hidratación con el riesgo que ello conlleva en verano.
6. Olvidar la hidratación
Uno de los principales riesgos de entrenar en verano es la deshidratación, incluso cuando no se entrena con la ropa inadecuada.
Bebe más de lo que sueles beber en invierno y ten siempre localizada y accesible una botella de agua o una fuente potable de agua.
7. Entrenar en las horas más calurosas o con sol
De nuevo este punto tiene una estrecha relación con la hidratación. Trabajar en las horas centrales conlleva una deshidratación más rápida, pero además ese exceso de calor reduce el rendimiento. Por lo tanto, además de pasarlo peor durante el entrenamiento, este perderá eficacia y aumentará el riesgo de sufrir problemas de salud (insolación, golpe de calor, deshidratación...).
8. Olvidarte de la protección solar
Una de las grandes enfermedades de este siglo es sin duda el cáncer. Llevar protección solar tanto durante el entrenamiento como fuera del mismo es fundamental para prevenirlo en las medida de lo posible.
9. Falta de planificación en tu rendimiento
Incluye el verano y tus vacaciones en tu planificación anual. Hacerlo con tiempo te ayudará a disfrutar de las vacaciones y del entrenamiento.
Si tu objetivo es competir, no utilices estas semanas para tener un estado de forma elevado y llegar a la pretemporada mejor que nunca.
Ten en cuenta que tu forma física no puede estar al máximo en todo momento, sino que va subiendo y bajando.
Si llegas a la pretemporada en un momento óptimo, habrás dedicado tus esfuerzos a una fase en la que deberías entrenar más bajo. Por lo tanto, vas a ir a destiempo y no vas a llegar en la mejor forma física a los momentos clave del año.
En resumen: no entrenes muy duro si no es el momento, pero tampoco te dejes para llegar demasiado bajo de forma.
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