SALUD MENTAL

Antidepresivos: ¿Qué son, qué tipos hay y cómo funcionan?

Los antidepresivos son medicamentos que requieren de un control muy exhaustivo por parte del médico, ya que si no se sigue correctamente la pauta, pueden llegar a ser perjudiciales. Descubre en este artículo cómo funcionan, qué tipos hay y cuáles pueden ser los efectos secundarios.

Medicamentos

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Un antidepresivo es un medicamento que se usa para tratar los trastornos en el estado de ánimo, como la depresión, pero también es útil para tratar otras patologías como son el dolor crónico, ansiedad o sofocos. Además, ayudan a restablecer el equilibrio normal de las sustancias implicadas en el estado de ánimo (serotonina, noradrenalina y dopamina).

Este tipo de medicamentos requiere prescripción médica y control por parte de un especialista, así que siempre que nos encontremos mal anímicamente debemos hablar con un profesional sanitario para que, en función de nuestro estado actual y situación, determine si necesitamos este tipo de medicación.

La salud mental es muy importante y hay que ser conscientes de que solo nuestro médico es quien nos recetará el tratamiento más adecuado para nuestro caso.

Médico visitando a una paciente
Médico visitando a una paciente | Freepik

Existen varios tipos de antidepresivos, cada uno de ellos con un mecanismo de acción diferente.

Tipos de antidepresivos

1. Inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN): Este tipo aumenta tanto los niveles de serotonina como de noradrenalina en el cerebro inhibiendo su recaptación.

Ejemplos de este tipo de antidepresivos: venlafaxina, duloxetina y desvenlafaxina.

2. Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): Este tipo de antidepresivos aumenta los niveles de serotonina en el cerebro, ya que bloquean su recaptación en las células nerviosas.

Dentro de este grupo se incluyen los más conocidos como: sertralina, fluoxetina, paroxetina y escitalopram.

3. Inhibidores de la recaptación de noradrenalina y dopamina (IRND): Este tipo es menos común. Se encarga de aumentar los niveles de noradrenalina y dopamina al inhibir su recaptación.

Un ejemplo es la bupropión (este fármaco también se ha usado para la deshabituación tabáquica).

4. Antidepresivos tricíclicos (ATC): Estos medicamentos se encargan de aumentar los niveles de serotonina y noradrenalina al bloquear su recaptación, aunque también pueden afectar otros neurotransmisores. Tienen más efectos adversos que los anteriores.

Ejemplos: amitriptilina y nortriptilina.

5. Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO): Estos antidepresivos bloquean la acción de la enzima monoaminooxidasa, lo que aumenta los niveles de serotonina, noradrenalina y dopamina en el cerebro. Tienen multitud de efectos secundarios e interacciones con otros fármacos. Actualmente, este tipo apenas se usa para tratar la depresión, si no para otras patologías, como el Parkinson.

Ejemplos: fenelzina, tranilcipromina y selegilina.

6. Complementos sin receta:

  • Triptófano (5-HTP): El 5-HTP es la forma activa del triptófano y actúa en el cerebro y el sistema nervioso central aumentando la producción de la serotonina.
  • El GABA: Es un neurotransmisor inhibidor que se encarga de reducir la actividad de las neuronas en el sistema nervioso. Esto puede ayudar a calmar la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y promover la relajación.
  • Hierba de San Juan o Hipérico: Planta que tradicionalmente se ha usado para estados depresivos.
Depresión
Depresión | Pexels

Efectos secundarios de los antidepresivos

Cada tipo de antidepresivo descrito anteriormente puede tener efectos secundarios propios. Los más frecuentes son:

  • Náuseas, vómitos y trastornos digestivos.
  • Sequedad de boca.
  • Reducción de la libido y disfunción eréctil.
  • Pérdida o aumento del apetito.
  • Hipotensión y mareo.
  • Trastornos en el sueño (excesiva somnolencia o problemas para dormir).
  • Síndrome serotoninérgico por interacción con otros antidepresivos e incluso con los adquiridos sin receta médica como la hierba de San Juan.
  • Aumento en los pensamientos o las conductas suicidas cuando se inicia la toma de antidepresivos, especialmente en las primeras semanas o al modificar dosis.
  • Al suspender el tratamiento, se puede producir el síndrome de abstinencia.
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