LA REVOLUCIÓN AL ALCANCE DE TUS DEDOS
Así puedes combatir el dolor menstrual: está en tu mano y te va a gustar
Se acabó aquello de sufrir en silencio, mes tras mes, los desagradables dolores menstruales. Según un estudio, tenemos al alcance de nuestra mano la mejor arma para combatir el malestar asociado a la regla: tener orgasmos de forma regular.
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Tres meses de masturbación regular bastan para mejorar los dolores menstruales. Así lo indica el estudio Menstrubation, elaborado por la plataforma Womanizer en colaboración con la empresa de productos y copas menstruales Lunette. La investigación concluye que la intensidad de los dolores menstruales desciende prácticamente desde el primer mes de masturbación regular y alcanza una bajada de hasta 1,3 puntos en tres meses, según la valoración de las encuestadas. Un 70% de las 341 participantes confirmó que la masturbación regular había reducido la intensidad del dolor y un 31% aseguró que este había descendido mucho.
La directora de Empoderamiento Sexual de Womanizer, Johanna Rief, señaló durante la presentación de la investigación que “Pese a que los síntomas asociados a la menstruación son comunes, no suelen ser objeto de investigación, lo mismo que ocurre con otros temas relacionados con la salud de la mujer”. Coincide con ella la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri, quien señala que durante la masturbación “Se genera una descarga neurofisiológica de una serie de hormonas que tienen un efecto analgésico y ansiolítico y se libera una gran cantidad de oxitocina que tiene, a su vez, un efecto tranquilizador, ya que inhibe el eje del estrés”. En este sentido, Al Adib Mendiri señaló durante la presentación de la investigación que “No me ha sorprendido nada el resultado”.
Los dolores menstruales se deben a que, durante la menstruación, “Unas sustancias llamadas postglandinas se encargan de generar contracciones en el útero para que se descame el endometrio. Cuando existe una excesiva producción de postglandinas de la serie 2 aumenta el dolor menstrual, ya que, además de intervenir en las contracciones, estas postglandinas están involucradas en la inflamación y el dolor”, explica la ginecóloga, quien denuncia la brecha de género no solo en obstetricia y ginecología sino en todos los ámbitos de la medicina y también de la vida. “Las mujeres tomamos más del doble de psicofármacos que los hombres. Este dato por sí solo explica muchas cosas”, señala.
Por su parte, la sexóloga Ana Lombardía señaló durante la presentación del estudio que “No todos los orgasmos son iguales y, por tanto, no actúan de la misma manera sobre nuestro organismo: los hay que pueden ser muy mecánicos, de manera que apenas nos hacen sentir liberadas”. Conocer nuestro cuerpo y las diferentes maneras de proporcionarnos a nosotras mismas orgasmos de la mejor calidad es, pues, un paso más para ir erradicando poco a poco los dolores asociados a la menstruación. Aceptar estos dolores, sean de la intensidad que sean, y no restarles importancia es también importante a la hora de afrontar la regla. “A menudo se tiende a relativizar el dolor con frases como ‘No tienes nada’. No es cierto. Nadie se inventa un dolor y no se puede invalidar la percepción de una mujer sobre su propio dolor bajo ningún concepto”, señala Al Adib Mendiri.
La ginecóloga denunció, además, una excesiva patologización de la menstruación, como ocurre con otros cuadros asociados a la salud femenina. “La preparación médica se enfoca en buscar y tratar patologías. No se habla de masturbación en las consultas, cuando la historia no solo sexual, sino también psicosocial de las pacientes, nos da pistas para detectar muchos problemas. En lugar de fijarnos en eso, tendemos a medicalizar”, explica la ginecóloga.
Por su parte, Lombardía destacó también la necesidad de “dejar de vivir la regla como algo patologizante, algo que no entendemos y que en muchas ocasiones no sabemos cómo interpretar porque no se nos ha enseñado”. La sexóloga insistió en la necesidad de acceder a espacios en los que hablar tanto de menstruación como de masturbación “Sin vergüenza, sabiendo que existen herramientas a nuestro alcance y que muchas de las cosas que nos ocurren son comunes a otras mujeres”.
Este cambio de paradigma en nuestra relación con la menstruación debe pasar también, según Lombardía, por cambiar nuestra visión de las emociones asociadas a la regla. “En lugar de aceptar algunas emociones típicamente negativas que tenemos durante la regla, se nos ha educado para que las suprimamos, negando la evidencia de que abrazarlas tiene numerosas ventajas. La ciclicidad asociada a la menstruación nos permite estar en contacto con nuestras emociones, ser más conscientes de ellas, ya que en otros momentos del ciclo estamos más centradas en otras cosas. En lugar de ser conscientes de ese estado, de poder permitirnos bajar el ritmo si es necesario, se nos insta constantemente a buscar tratamientos para no bajarlo, para que vivamos en una lucha constante por convertirnos en hombres con tacones”, concluyó la experta.
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