¿Quién dijo perfección?
Así reconocerás a una madre desastre
La madre protectora, la madre perfecta, la gruñona.. hay muchos tipos de madre y luego está la madre desastre.
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Tú reconoces a las madres perfectas, bien vestidas y elegantes y con niños inmaculados en el parque, así sean las 19 horas de un jueves. Las ves de lejos: identificas sus perfumes y lacas de uñas y esos bolsos de carrito bien surtidos, con toallitas, paquetes de kleenex y triple merienda. Los “por si acasos”. Pero, ¿cómo se reconoce a ti? ¿existen signos identificativos que permitan a la gente decir “ahí viene una madre desastre”?
Pues sí, haberlos haylos. Ahí van unos cuantos:
- La madre desastre viaja ligera de equipaje. Y no queremos decir con ello que cuando salga de puente se le olviden la mitad de las cosas útiles en casa, que también, sino que la madre desastre en general va ligera por la vida. Su bolso del carrito no es como el de las madres descritas más arribas. No, el suyo va aireado, con pañales de tallas que el niño dejó de usar hace meses y ropita de cambio que ya no le vale. Y una merienda monda y lironda (y que el niño se considere afortunado porque se acordó de cogerla).
- La madre desastre es la reina de la improvisación, sabe reaccionar rápidamente en momentos de urgencia: ¿Qué no hay nada en la nevera para cenar? Se saca de la manga unos deliciosos sándwiches calientes de queso, jamón y huevo. ¿Se ha dejado los juguetes del niño en casa y el peque va berreando en el tren? Juegos de palabras y bolis viejos para pintar. Sí, no estamos diciendo que sean cosas muy elaboradas pero ella sabe salir del atolladero. Y eso, amigos, en este entorno de sociedad cambiante, es fundamental.
- Reconocerás a una madre desastre por la rapidez con la que cambia de utensilios de cocina. Y no es que cambie con rapidez porque sea víctima de modas tontas no, sino porque se le habrá quemado 200 veces el cazo de hacer la pasta (la madre desastre es un pelín despistada) y otras tantas la fuente del horno.
- También la reconocerás por cómo va vestido el retoño, que seguramente sea el único que lleve la camiseta blanca del uniforme del colegio con manchas desteñidas de colores (la madre desastre no sabe lo que es poner una lavadora para el blanco y otra para color), los calcetines diferentes (y no solo porque se esté celebrando un Día Internacional de algo) y combinaciones de jersey y pantalón algo extravagantes. Y es que la madre desastre no se fija en estas cosas, que son superfluas. De hecho, ella misma puede ir con el mismo pantalón vaquero durante semanas o lucir bonitas manchas de papilla o chocolate en una blusa y estar tan pichi…
- Los hijos de la madre desastre son mucho más espabilados que los del resto: sí, así de claro os lo decimos. Prácticamente se han criado solos: desde enanos ya se vestían solos y son unos hachas haciéndose tortillas y filetes a la plancha.
Felicidades a todas las madres, sean del tipo que sean, y por supuesto, a las madres desastre, también.Publicidad