CONCIENCIACIÓN
Autolesión: Un grito desesperado y de ayuda en la adolescencia
Las autolesiones se pueden producir en muchas etapas de la vida, pero hay una alta tasa en la adolescencia, un momento clave que supone la transición de la infancia a la vida adulta.
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En 1993, la psicóloga Marsha M. Linehan encontró que la mayoría de las personas que se autolesionan presentan conductas que dependen de su estado de ánimo, por lo que actúan de acuerdo a las demandas de su estado emocional, en lugar de contemplar deseos, objetivos y metas a largo plazo.
Autolesión en la adolescencia
Según la Sociedad Internacional de Autolesión, algunas características comunes que nos pueden ayudar a estar atentos para prevenir esta conducta en nuestros hijos -y tomando en consideración términos generales- consideramos que habitualmente son personas:
- Impulsivas
- Que están habitualmente enfadados, casi siempre con ellos mismos
- Se invalidan y aborrecen fuertemente
- No tienen suficientes recursos o técnicas para hacerle frente a las situaciones difíciles que se presentan
- Tienden a la irritabilidad
- Tienden a actuar de acuerdo a su estado de ánimo del momento
- Son hipersensibles al rechazo
- Tienden a suprimir su enojo
- No se ven como personas con poder o autoridad
Cómo prevenir las autolesiones de los hijos
La clave siempre será la prevención y, como padres, debemos estar atentos a posibles síntomas o indicios de autolesiones. Podemos observar puntos que nos servirán para estar alerta y reforzar de una mejor manera nuestro acompañamiento, algunos de ellos son:
- Usan ropa que cubre bastante el cuerpo, incluso cuando hace calor.
- Suelen tener un historial de familiares que recurrieron a la autolesión.
- Tienden a conductas inestables, intensas e impulsivas
- Expresan emociones de desesperanza e impotencia
- Tienen muy seguido "lesiones accidentales".
Como padres, la manera en que reaccionemos y afrontemos la situación puede marcar una gran diferencia a nivel emocional en nuestro adolescente, por lo que es recomendable que podamos brindar el acompañamiento adecuado ante esta situación:
- No acusarlo, dejar a un lado los gritos y amenazas.
- No justificar el hecho ni hacerlo sentir más culpable de lo que ya se siente.
- Mostrar preocupación genuina al respecto.
- Ser empáticos y receptivos para desarrollar una escucha activa.
- Ayudarlo para que pueda reconocer sus sentimientos en voz alta: "Ahora mismo, siento…"
- Aceptar la emoción momentánea, permitirse sentirla (por ejemplo, llorar sin reprimir el llanto).
Alternativas efectivas en momentos de impulsividad
Es importante poner palabras a las emociones y que los hijos puedan aceptarlas y aceptarse. Si sabemos de su impulsividad o irascibilidad, podemos ayudarles a canalizar esas emociones de diversas formas, como por ejemplo les podemos recomendar:
- Tomarse una ducha con agua fría.
- Salir a correr para liberar energía.
- Escribir o escuchar la letra de su canción favorita
- Pegarle a una almohada.
- Dibujar.
Cómo acompañar durante la adolescencia
En los últimos años, estamos viendo algo en común de forma generalizada en muchos adolescentes: la dificultad para afrontar situaciones difíciles que les rodean. También en esta etapa necesitan el acompañamiento de sus padres para tener más herramientas y saberse regular a ellos mismos.
De sus cuidadores principales aprenden los recursos necesarios para que puedan gestionar mejor sus emociones, y, por lo tanto, puedan afrontar con mejores recursos las emociones que los sobrepasan.
Si sabes con seguridad que tu hijo se autolesiona, es importante que busques ayuda profesional al respecto lo antes posible.
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