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Body neutrality: El movimiento que puede prevenir los trastornos alimentarios
Te contamos en qué consiste este movimiento, en qué se diferencia del body positive y por qué te puede ayudar a cuidarte.
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Se estima que hasta el 13% de las mujeres jóvenes y el 4% de los hombres jóvenes se ven afectados por trastornos alimentarios como el trastorno por atracón, la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y otros trastornos alimentarios no especificados. Y justo por debajo del umbral de los trastornos alimentarios, en la adolescencia, las dietas y las prácticas de control de peso no saludables, afectan a entre un tercio y la mitad de las personas.
Además, estas personas continuarán con estas conductas poco saludables durante la edad adulta e incluso algunas experimentarán un aumento de los síntomas. Por ello es esencial identificar intervenciones que sirvan para frenar el desarrollo de trastornos alimentarios o que minimicen al máximo su cronicidad.
Factores de riesgo ante un trastorno de alimentación
Diversas investigaciones han identificado varios factores de riesgo modificables para desarrollar una patología alimentaria que incluyen:
- Internalización del ideal de delgadez
- Presión percibida para tener un cuerpo delgado
- Insatisfacción corporal
- Hacer dieta
- Afectividad negativa
Insatisfacción corporal
La insatisfacción corporal es de gran prevalencia en la adolescencia. Los estudios han encontrado que entre el 24% y el 46% de las adolescentes y entre el 12% y el 26% de los adolescentes manifiestan una marcada insatisfacción con su cuerpo. Pero pocos estudios han examinado los cambios en la insatisfacción corporal en la edad adulta y los resultados de la literatura disponible actualmente son mixtos.
Esta insatisfacción corporal se ha estudiado como factor predisponente para los trastornos alimentarios, así como factor de riesgo para tener sobrepeso u obesidad, baja autoestima, síntomas depresivos e ideación suicida. Al mismo tiempo, esta insatisfacción corporal se asocia con un deterioro en la calidad de vida y deterioro funcional en el trabajo, en el hogar y en las relaciones sociales.
En la primera infancia, una proporción sustancial ya ha internalizado las creencias sociales sobre la forma ideal del cuerpo, y el deseo de delgadez se manifiesta en las niñas ya alrededor de los 6 años.
En las últimas dos décadas, el campo de los trastornos alimentarios ha logrado avances notables en la identificación, evaluación y difusión de programas de prevención exitosos. Y la mayoría de ellos, debido a todo lo mencionado con anterioridad, incluyen entre otros, contenidos relacionados con la aceptación corporal.
¿Qué es el body neutrality?
El movimiento body neutrality promueve tomar una perspectiva neutral de nuestro cuerpo, sin juicios, aceptándolo tal y como es, poniendo el foco en lo que nuestro cuerpo nos permite hacer, por encima de su apariencia.
Nos invita a reconocer que mente y cuerpo trabajan juntos, en lugar de una contra el otro, y por lo tanto, que es importante trabajar en mejorar nuestras mentes y no solo poner el foco en nuestros cuerpos. Promueve que no tenemos que amar nuestro cuerpo siempre y no por ello, nuestro cuerpo merece menos respeto; que la apariencia no determina nuestro valor como persona y que tan solo supone una muy pequeña parte de lo que somos.
Diferencia entre body neutrality y body positive
Ambos promueven visibilizar la diversidad corporal, pero el body neutrality no consiste en amar nuestro cuerpo, sino en aceptarlo tal como es y aceptar que no nos tiene que gustar siempre y no por ello, merece menos respeto.
Tampoco quiere decir que nos vamos a sentir bien cuando aprendamos a amar nuestro cuerpo (body positive), sino que nuestro cuerpo no es el responsable de cómo nos sentimos con nosotras mismas, no pone el foco de nuestro bienestar en la apariencia física.
¿Por qué el body neutrality ayuda en la prevención de trastornos alimentarios?
Porque entre otras cosas, al aceptar el propio cuerpo se reduce la insatisfacción corporal y, en consecuencia, se reduce la necesidad de llevar a la práctica medidas urgentes para cambiarlo desde el rechazo.
Gracias a esto se puede trabajar la mejora de hábitos, no como una necesidad, sino como parte del autocuidado y desde la flexibilidad. En lugar de realizar dietas, adquirir buenos hábitos hace que estos se mantengan en el tiempo, sin verse mermado por ello el bienestar psicológico y social.
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