Las bolsas ecológicas de los supermercados tienen trampa

Desde hace unos años, se ha intentado reducir el consumo de plástico en todas sus variantes, empezando por los supermercados. Las bolsas de plástico se empezaron a cobrar, ya que la acumulación de deshechos plásticos se aumentó significativamente.

Como parte de la solución para abordar este problema se crearon las bolsas biodegradables, que en la actualidad se sitúan en la sección de frutería para guardar las frutas y verduras. En un principio se creyó que se trataba de una opción más sostenible que las tradicionales bolsas de plástico, pero parece que no es del todo cierto.

Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que, aunque la degradación de las bolsas ecológicas es mucho menor que el de otros plásticos, contienen una serie de partículas tóxicas que se liberan en el medio ambiente y que podrían afectar a nuestra salud.

Estas bolsas ecológicas están fabricadas con fécula vegetal, pero se ha pasado por alto que contienen una serie de aditivos que son los que incorporan los tóxicos, activados con la exposición a los rayos ultravioletas.

Es por ello que, partiendo de este estudio, han querido alertar del problema real subrayando que, pese a que las bolsas supuestamente desaparecen, dejan en el camino una huella en el abono tóxica. Es decir, que estas pequeñas partículas de microplásticos se quedan en la tierra de cultivo y ponen en peligro los alimentos que crezcan ahí.

Sin embargo, este estudio -que alerta del peligro- no ha alentado el volver a las bolsas de plástico antiguas. La opción más apropiada y sostenible sería utilizar las bolsas de malla que no contienen plástico, son más duraderas y te sirven para el día a día, más allá del supermercado.

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