Cada 10 años envejecemos de forma repentina: ¿Por qué?

Quizás no lo sepas, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la década comprendida entre 2021 y 2030 como el Decenio del Envejecimiento Saludable. Un acontecimiento que pone el foco en la lucha contra los signos de la edad de una manera natural y sana ante la relevancia que tiene el asunto debido a las más de mil millones de personas en el mundo que actualmente superan la franja de los 60 años.

Esta etapa de la vida no llega de forma repentina a nuestro cuerpo, sino que se trata de un proceso gradual que no se produce de una misma forma entre las personas. De hecho, es un procedimiento que actúa de diferente modo entre hombres y mujeres y tiene tres edades donde se acelera el curso del envejecimiento: a los 34, 60 y 78 años. Eso dice un estudio publicado por la prestigiosa revista científica Nature.

Pero, además, tal y como explica Carmen Galera, dermatóloga que difunde contenido sobre el cuidado de la piel en su cuenta de Instagram @dermaforyou, existe una caída brusca de nuestro proceso de envejecimiento cada 10 años. Pero, ¿por qué ocurre esto?

El estrés derivado de ciertos contextos acelera el envejecimiento

Cada 10 años de nuestra vida tenemos una caída brusca de nuestro proceso de envejecimiento. Se trata de una etapa de la vida que comienza cuando cumplimos 25 años, una edad donde la pérdida de colágeno comienza a ser más o menos constante. Esta reducción ocurre a medida que avanzamos de edad y provoca que la piel se vuelva más fina, flácida y que aparezcan arrugas. Sin embargo, la franja de los 25 no es el único motivo.

Hay momentos en la vida de una persona que, a causa de las circunstancias externas y contextos adversos, se produce una aceleración de este proceso. La mayoría de ellos, suelen ser situaciones que pueden generarnos algún cambio en nuestras rutinas. Los más frecuentes tienen algo en común: el estrés. Por este motivo, es normal que notemos que hemos envejecido 10 años de repente de la noche a la mañana.

• Maternidad.
• Falta de sueño y mal descanso.
• Enfermedad grave o cirugía importante.
• Cambio brusco de peso.
• Menopausia o cambios hormonales.
• Separación, divorcio o problemas en tu relación sentimental.

Franjas de edad claves

El estudio realizado por la Universidad de Stanford midió los niveles de 3.000 proteínas individuales del plasma y contó con la participación de más de 4.000 voluntarios mayores de edad. En casi 1.400 participantes, las proteínas variaban significativamente con la edad. Y es que esta sustancia realizas las instrucciones transmitidas mediante todas las células del cuerpo y los cambios en sus niveles de sangre revelan el inicio, desarrollo y cambio de distintos procesos biológicos.

En este sentido, los investigadores encontraron cambios repentinos en el nivel de la sangre. Permanecían estables durante años hasta que a veces se hundían, otras saltaban, pero nunca contaban con un aumento o reducción constante y estable. Además, ocurría de manera sincronizada, ya que sucedía en torno a tres edades específicas: alrededor de los 34, 60 y 78. ¿El motivo? Nuestro cuerpo cambia la programación biológica cuando llegamos a estas edades.

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