VERDAD O MITO
¿Es cierto que no debes comer cuando tienes fiebre?
La creencia popular dice que no debemos alimentar la fiebre, pero los estudios científicos no parecen estar tan de acuerdo con que dejemos de comer cuando nuestro cuerpo sube de temperatura. Analizamos las distintas visiones que hay al respecto.
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Existe un viejo refrán que dice "alimenta un resfriado (o la gripe), mata de hambre una fiebre" y por eso, seguramente, tenemos muy arraigada la idea de que cuando tenemos fiebre no debemos comer. Si bien es cierto que cuando nuestra temperatura corporal supera los 38 °C, el apetito disminuye considerablemente y puede resultar poco tentador comer, pueden surgir momentos en los que sintamos hambre. En este caso, ¿sería recomendable comer?
Lo que dijo un estudio holandés
Dicho refrán fue objeto de un estudio en 2002. Científicos holandeses llevaron a cabo una investigación para poner a prueba esta afirmación popular y descubrieron conexiones muy interesantes entre la alimentación, el ayuno y la respuesta inmunológica del cuerpo.
En este estudio, los investigadores solicitaron a los voluntarios que ayunaran la noche anterior a dos visitas al laboratorio. Durante la primera visita, se les suministraron alimentos líquidos, mientras que durante la segunda, solo se les proporcionó agua.
Después de la ingesta de alimentos, los niveles de interferón gamma, una sustancia crucial en la defensa contra infecciones virales, aumentaron en un 450%, mostrando que comer activa la inmunidad específica para combatir infecciones como la gripe. Por otro lado, el ayuno cuadruplicó, en promedio, los niveles de interleukin-4, un químico esencial en la lucha contra infecciones bacterianas. Este aumento significativo surgió que el ayuno puede promover una respuesta inmunológica diferente, especialmente efectiva contra infecciones bacterianas que pueden causar fiebre.
No obstante, este estudio fue rebatido por muchas otras voces científicas, puesto que solo tuvo la muestra de 6 participantes y además, recordaron que la gripe también puede producir fiebre alta y no es causada por ninguna infección. Y por eso, los mismos autores alertaron que nadie debería cambiar sus hábitos alimenticios cuando tiene fiebre.
Otros estudios sobre el refranero popular
Ruslan Medzhitov, destacado investigador de la Escuela de Medicina Yale, profundizó en la relación entre la alimentación, el sistema inmunológico y la recuperación durante la enfermedad.
Tal como recoge The Guardian, sus experimentos con ratones infectados con la bacteria listeria revelaron que obligar a los ratones a comer resultó letal, mientras que los que dejaron de comer naturalmente lograron recuperarse. La clave residía en la eliminación de la glucosa de la dieta, ya que los ratones sobrevivieron al ser alimentados con proteínas y grasas, excluyendo la glucosa.
En contraste, otro estudio con ratones infectados con el virus de la gripe mostró que la presencia de glucosa en la alimentación era crucial para la supervivencia, porque los ratones que no recibieron comida durante la infección fallecieron.
Si estamos enfermos, debemos beber más agua
En este contexto, la interna en medicina en la Universidad Emory, Sharon Horesh Bergquis, destacó la importancia de los líquidos en el proceso de recuperación. Sugirió que durante una enfermedad, donde la falta de apetito era común, los líquidos podían ser más esenciales que la comida sólida. Enfatizó que si el apetito se veía afectado por un resfriado o fiebre, no se debía forzar la alimentación. Sin embargo, subrayó que un cuerpo enfermo requería nutrición para respaldar y fortalecer el sistema inmunológico.
En última instancia, desde NovaMás queremos recordar que, en cualquier caso, la mejor opción será pedir consejo a tu médico. Él sabrá mejor que nadie si en tu caso lo más recomendable es forzar la alimentación o dejar que el cuerpo te pida comida de forma natural.
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