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El color importa: todo lo que necesitas saber de las heces de los bebés

Las heces de nuestros hijos nos pueden dar algunas pistas clave para saber si hay algún problema de salud. Te cuento cuándo y por qué debemos alertarnos.

Bebé con pañal

Bebé con pañaliStock

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Las deposiciones de los bebés pueden cambiar mucho dependiendo de la edad, el tipo de alimentación o la existencia de algunas enfermedades. Es importante tener claras cuáles son las características normales de las heces y cuáles nos deben alarmar al verlas en el pañal.

Colores de las heces

Durante los primeros días de vida del bebé las deposiciones son negras, pegajosas y parecidas al alquitrán (lo que conocemos como meconio).

Lo normal es que este meconio empiece a expulsarse antes de las primeras 48 horas de vida, por el contrario nos debe hacer sospechar de la existencia de alguna patología como la fibrosis quística o la enfermedad de Hirschprung.

Posteriormente, entre el tercer y el quinto día aparecerán lo que conocemos como "heces de transición". Son de consistencia casi líquida y de un color verde oscuro, que se iráclarando conforme pasen los días.

Cómo afecta el tipo de lactancia a las heces de los bebés

A partir de entonces, el color y la consistencia de las heces del bebé van a depender principalmente de que sea alimentado con lactancia materna exclusiva o lactancia artificial.

En los bebés alimentados con leche materna, las deposiciones son amarillas, grumosas, explosivas y con una especie de “semillas” más sólidas en su interior.

Las deposiciones normales de los bebés alimentados con biberón suelen ser más pastosas y de color algo más oscuro que los bebés alimentados con pecho.

Señales de alerta en el color de las heces

No nos debe preocupar que las deposiciones en estos primeros meses de vida adquieran un color verde, independientemente de la alimentación del bebé. Esto puede deberse a la oxidación de las heces en la parte final del intestino, al alto contenido en lactosa de la leche materna o la rápida velocidad del tránsito intestinal del bebé.

En cualquier caso, si la consistencia y la frecuencia de estas heces es normal, no supone ningún riesgo para la salud del niño.

Los colores que deben preocuparnos en las deposiciones son:

  • Blanco (acolia): Pueden indicar problemas en el hígado por obstrucción en la vía biliar, sobre todo si se acompaña de coloración amarillenta de la piel del bebé.
  • Negras (melenas): Pueden indicar sangrado digestivo alto ya que se deben principalmente a la oxidación de la sangre en el tubo digestivo. También pueden ser causadas por la ingesta de sangre materna a través de grietas en el pezón.
  • Rojas (sangre fresca): Pueden indicar sangrado digestivo bajo, intolerancia a las proteínas de la leche de vaca, invaginación intestinal, pólipos, fisuras anales…

En caso de apreciar deposiciones de estos colores en el pañal del bebé se deberá consultar con el pediatra sin demora.

Frecuencia y consistencia de las heces

Los bebés recién nacidos, tras la expulsión del meconio, suelen realizar deposiciones grumosas varias veces al día, incluso después de cada toma (principalmente si toman el pecho).

A partir de las 2o 3 semanas de vida, el hábito intestinal puede cambiar y pasar a hacer deposiciones cada 3, 5 ,7 o hasta 15 días. Cuando el bebé vuelva a defecar si las deposiciones siguen siendo blandas y grumosas, pero más abundantes, no nos debemos preocupar. La lactancia materna se adapta a las necesidades del bebé y tiene muy poco residuo.

En el caso de los bebés alimentados con leche de fórmula es frecuente que no haga caca todos los días, pero si lo notamos irritable, con rechazo de las tomas, vomita o realiza deposiciones muy duras y voluminosas que le cuesta expulsar, se debe consultar con el pediatra para valorar un posible estreñimiento.

Intriducción de alimentación sólida y cambios en las heces

Cuando se introduce la alimentación complementaria (a partir de los 6 meses) las deposiciones pueden cambiar enormemente de consistencia, color y olor. Dependiendo de los alimentos ingeridos pasan a ser más sólidas y compactas. Incluso, no es raro encontrar trozos enteros de comida que el intestino está aprendiendo a digerir (gajos de mandarina, legumbres enteras, semillas de kiwi…).

En este momento se puede producir un estreñimiento por la disminución en la ingesta de agua, la ingesta de alimentos astringentes (zanahoria, manzana…) y por el cambio en la flora intestinal.

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