PSICOLOGÍA
¿Comida de Navidad incómoda? Consejos para que no acabe en discusión
Los encuentros navideños con ciertos familiares pueden generarnos rechazo. Aquí tienes algunos consejos para que puedas relajarte y disfrutar de las comidas y cenas de estos días.
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Las comidas y cenas de Navidad y año nuevo en familia pueden generarnos muchas emociones. A veces vamos con nuestra mejor intención y muchas ganas, pero se generan fricciones que nos impiden disfrutar.
No obstante, en nuestra mano está prepararnos mentalmente para esos encuentros que nos generan rechazo, para evitar fricciones y disfrutar.
Cómo prepararte emocionalmente para la Navidad
Hacer una gestión emocional previa es importante. Si has notado que ese día o esa semana o últimamente no has estado estable o no has gozado de tranquilidad, sería imprescindible que puedas gestionar esas emociones antes de acudir a esa comida familiar.
Muchas veces llegamos a este tipo de encuentros ya con cierta predisposición a discutir o al malestar porque arrastramos cierta carga emocional. Al encontrarnos al borde de nuestro límite, es fácil que acabe rebosando y estallemos en situaciones de tensión. Por lo tanto, mi recomendación es llevar la mirada hacia adentro para preguntarnos cada uno qué tal estamos y gestionar eso que nos pase antes de llegar a la comida familiar.
Repartir las tareas en Navidad
Muchas de las comidas o cenas de Navidad son en casa de algún familiar. Es recomendable tanto para mantenernos ocupados y distraídos, como para sentirnos parte del grupo y de la celebración, que podamos colaborar en la organización, la preparación de las comidas o la limpieza.
Por otro lado, este gesto también nos ayuda a prevenir roces, ya que el mostrar colaboración siempre permite crear mayor cercanía. Además, si eres tú quien organiza la celebración puedes pedir ayuda y proponer una repartición de las tareas de forma flexible y asertiva.
Cómo evitar temas conflictivos en Navidad
En este caso, os propongo lo mismo que en el primer punto, la prevención. La comida familiar de Navidad no es el momento ni el lugar idóneo para sacar las diferencias a flote.
Me imagino que si has decidido pasar esas fechas con las personas que van, será porque algo más importante que esas diferencias os une. En esta línea, mi recomendación es identificar aquello que os une para poner el foco de atención en ello.
Con respecto a aquello que sabes que te puede molestar o que puede generar momentos incómodos y de fricción, prepara herramientas de respuesta asertiva.
Cómo mejorar un encuentro familiar incómodo
Conecta con el motivo de la reunión: si nadie te obliga a acudir a esta reunión familiar, entonces es importante reflexionar por qué has tomado la decisión libremente de acudir.
Piensa cuál es el motivo emocional que te conecta con esa acción. ¿Por qué esa acción, esas personas y no otras? Si tienes identificado aquello que no te gusta sobre esta reunión, también te recomiendo pensar qué es lo que depende de ti, qué cambios puedes hacer tú para mejorar eso que tanto te disgusta.
Si, por el contrario, acudes a esa reunión por obligación, entonces el problema no es la reunión, sino que realices acciones por obligación sin asumir responsabilidades desde la libertad.
Elegir el mejor momento para afrontar una conversación
Es importante que no caigamos en la evitación, es decir, no se trata de hacer como si nada ante situaciones que nos causan malestar. Se trata de saber cuándo es el momento para decir ciertas cosas.
Si ha surgido algo que te genera malestar es muy útil aplazar esa conversación trasladando un límite asertivo como el "aplazamiento asertivo", por ejemplo: "Ese tema me parece muy importante, pero no creo que sea el momento de hablarlo, podemos comentarlo otro día después de las fiestas".
Esta técnica te permite gestionar la impulsividad y no convertir la comida o cena de Navidad en una escena. Cuando retomes el tema también es importante que utilices técnicas asertivas para expresarte. Como ves, no se trata de evitar, se trata de aplazar con el objetivo de realmente retomarlo.
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