¿Cómo afecta el ejercicio cuando estamos con la regla?

Además de llevar una dieta equilibrada o cuidarse, una parte de llevar una vida sana implica tener como rutina el hacer deporte, salir a correr o ir al gimnasio. A pesar de ello, el cuerpo de las mujeres no tiene una energía constante, ya que variables como el sueño, la alimentación o el momento del ciclo menstrual, impiden que puedan tener una rutina tan marcada.

Dependiendo de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentren, será posible observar ciertos efectos cuando se trata de hacer ejercicio. Durante las dos semanas posteriores a la menstruación, también conocida como fase folicular, se van recuperando fuerzas y energía poco a poco durante los entrenamientos.

Más tarde, el momento de plenitud física llega durante la fase de ovulación. Durante este periodo el cuerpo tiene más fuerza, mayor resistencia y durabilidad, facilitando que el entrenamiento pueda durar más. Es importante tratar de no hacer más de lo que el cuerpo pueda aguantar, de tal forma que se eviten lesiones.

El rendimiento vuelve a verse afectado durante la fase lútea, volviendo a bajar. La fatiga aparece antes y se produce una mayor retención de líquidos, además de ser el momento en el que se pueden notar un mayor número de cambios de humor y donde empiezan los malestares del síndrome premenstrual. El momento en el que el rendimiento es más bajo llega cuando empieza la regla.

Que se tenga menos fuerza, resistencia o ganas de entrenar durante estos días no quiere decir que haya que dejar de hacer deporte. Es más, puede ayudar a aliviar síntomas y mejorar el humor. Es por todo esto que es importante que todos los cambios de rendimiento que se pueden producir no hagan que la actitud decaiga. El cuerpo es sabio, sabe lo que hace, y aunque un día se realice un entrenamiento peor de lo normal, el próximo será mejor.

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