CRIANZA
Cómo conseguir mejorar la comunicación con tu hijo adolescente
Si tienes hijos adolescentes y quieres mejorar la comunicación, deberás tener paciencia y evitar las respuestas impulsivas. Reflexiona, dales tiempo... En este artículo te cuento cómo conseguir acompañarlos en esta etapa.
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Entender lo que está sucediendo en la mente de nuestros hijos durante la etapa de pubertad y adolescencia puede ser un verdadero desafío. A menudo, los adolescentes experimentan una amplia gama de emociones y situaciones complejas que les resultan difíciles de comunicar a sus padres. Sin embargo, fomentar una comunicación efectiva es esencial para mantener una relación verdaderamente cercana y comprensiva.
En este artículo te presento algunas estrategias clave para lograr que nuestros hijos nos expliquen qué es lo que muchas veces les pasa y les cuesta compartirlo.
Ambiente de confianza y escucha activa
El primer paso para que nuestros hijos nos cuenten lo que les sucede es crear un ambiente de confianza. Hacerles saber que siempre estaremos allí para escucharlos sin juzgar y hacerles saber que pueden hablar con nosotros de cualquier cosa. Una frase que nos puede ayudar a reflejar este ambiente de confianza es: "Siempre estoy aquí para ti, sin importar qué".
Ahora bien, así como el ambiente de confianza es una muy buena base, recordemos la importancia de que cuando nuestros hijos nos hablen, intentemos conscientemente practicar la escucha activa; lo que significa prestar atención completa a lo que nos dicen, y hacer preguntas para entender mejor y reflejar sus sentimientos para mostrar empatía. Por ejemplo, podremos decir: "Entiendo que te sientes frustrado/a por esa situación. ¿Qué más te gustaría compartir al respecto?"
En lugar de reacciones impulsivas, preguntas abiertas
Cuando escuchemos algo que de verdad nos haya sorprendido o molestado, vamos a intentar no reaccionar impulsivamente. Lo que podemos hacer, es tomarnos un momento para procesar la información recibida, para luego poder responder de manera calmada y reflexiva. Por ejemplo, podemos intentar diciendo: "No me esperaba esto que me estás contando, déjame reflexionar un poco antes de seguir con esta conversación".
Cuando nos damos cuenta de que, en lugar de reaccionar, podremos responder, la situación cambiará totalmente su desenlace. Utilicemos preguntas abiertas para fomentar una conversación más profunda.
Recordemos evitar las preguntas cerradas, que solo requieran respuestas como sí o no. En lugar de eso, podremos decir: "Cómo ha sido tu día?, ¿Qué ha sido lo más difícil?, Cuéntame más sobre eso".
Paciencia y apoyo
Entender que nuestros hijos en ciertas etapas, especialmente la pubertad y adolescencia, pueden necesitar más tiempo para procesar sus emociones y encontrar las palabras adecuadas para expresarse. Así que, seamos pacientes y evitemos presionarlos para que hablen si no se sienten cómodos.
Una frase que nos puede venir bien para dar respuesta desde la paciencia y empatía es: "Cuando estés listo/a para hablar sobre esto, estoy aquí para escucharte". Este tipo de intervención puede ser realmente reconfortante para ellos.
Cuando por fin me comparte
Una vez que nuestros hijos nos expliquen lo que les sucede, ofrezcamos apoyo y busquemos soluciones juntos. Evitemos la crítica, como bien sabemos, y enfoquémonos en encontrar maneras constructivas de abordar la situación. Por ejemplo, podremos decir: "Entiendo tus preocupaciones, ¿qué te parece si buscamos qué se podría hacer al respecto para mejorarlo o solucionarlo?"
Al poner en práctica estas estrategias y frases que reflejen una actitud comprensiva y abierta, estaremos fomentando una comunicación efectiva con nuestros hijos. Recordemos que cada hijo es único, así que, busquemos adaptar estas sugerencias según las necesidades específicas de tu hijo en particular. La clave está en mantener cercanía, empatía y respeto en todo momento.
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