Soluciones prácticas
Cómo controlar el estrés de cara a los exámenes
Temporada de exámenes: emoción, intriga, dolor de barriga, sobre todo esto último. Y sudoración, y noches de mal dormir… En definitiva, estrés. ¿Hay solución? Sí, sigue leyendo.
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Las temporadas de exámenes son épocas bastante ingratas: o sea, lo vas a pasar mal o sí o sí pero vaya, habría que intentar que dentro de ese periodo de agobio, ese agobio no pudiese contigo, por salud física y mental, ¿verdad?
Pues hoy te vamos a dar las claves para controlar ese estrés que se genera en estos periodos porque poder, se puede. Nos da las claves del asunto Natalia Piñas González, psicóloga clínica y especialista en Psicología infanto-juvenil en Instituto Madrid de Psicología, centro miembro de Top Doctors: “El estrés es una reacción del cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios puede ser positivo pero cuando dura mucho tiempo, puede dañar nuestra salud”, explica. El primer paso para manejar la ansiedad y el estrés sería saber detectarlo y para ello se deben identificar unos síntomas:
- “Síntomas cognitivos: lo que pensamos”.
- Síntomas fisiológicos: “lo que sentimos en el cuerpo”.
- Síntomas conductuales: “cómo nos comportamos”.
El segundo paso consistiría en reconocer estos síntomas: “A nivel cognitivo: preocupación extrema, inseguridad, falta de confianza, desconcentración, dificultad para tomar decisiones, dificultades a la hora de leer y comprender, dificultades para recordar palabras o conceptos, bloqueo mental (quedarse en blanco). Que se traduce en frases como “no voy a poder llegar”, “no me da tiempo”, “no sirvo para esto”, “nunca voy a aprobar”. A nivel fisiológico, por ejemplo, puedes notar la respiración agitada o entrecortada, sudoración, sequedad de la boca, opresión en el pecho, náuseas, dolor de estómago. “A nivel conductual o motor: falta de apetito o comer en exceso, dificultades para dormir, hablar rápido, risa nerviosa, manipular continuamente objetos, reacciones impulsivas, responder sin pensar. Evitar estudiar, distracciones constantes, posponer el momento de sentarse a estudiar, etc.”.
De acuerdo, ya tenemos clara la sintomatología, ahora, ¿qué podemos hacer? “Sería conveniente realizar ejercicio físico para segregar endorfinas y liberar tensiones acumuladas; tener una alimentación sana y equilibrada y el descanso. Dormir entre siete u ocho horas por la noche ya que nos permitiría una buena concentración y un estado de ánimo más positivo”, comenta la psicóloga.
A la hora de estudiar, sería adecuado “Organizarse y planificarse los tiempos de estudio. Comienza a organizarte desde el primer día. Evalúa el tiempo del que dispones y el número de asignaturas pendientes. Y, establece prioridades (ordena por complejidad y densidad de la asignatura y distribúyelo por días)”.
Además, es importante elegir un sitio adecuado para estudiar, sin distracciones. Y “Aprovechar el tiempo de estudio: sentarse a estudiar y sólo a estudiar “Si no me concentro me tomo cinco o diez minutos hasta que pueda concentrarme de nuevo”. Además, es importante “Tomarse descansos regularmente y establecer reforzadores como fuente de motivación para el estudio del tipo: “Si estudio este tema hoy puedo ver esta noche el capítulo de mi serie favorita”, finaliza.
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