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Cómo eliminar las manchas amarillas de la ropa blanca
Limón y bicarbonato, la pareja perfecta para recuperar el blanco en un lavado.
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Aunque te encante la ropa blanca seguro que alguna vez te has pensado si comprarte una camiseta o un pantalón de este color por miedo a que se manche y se quede de otro color para siempre. Sin embargo, lo que mucha gente desconoce es que las manchas amarillas no son el fin de nuestra prenda favorita.
Es cierto que la ropa blanca es muy delicada y que requiere mucha atención y cuidado. A veces una mala caída, un plato de pasta que se desborda o incluso el rastro que los desodorantes dejan en las camisas nos ocasionan muchos quebraderos de cabeza. Lavamos una y otra vez la ropa, pero la mancha persiste y acaba adquiriendo un color amarillento que no hay quien lo quite.
El bicarbonato de sodio, el zumo de limón, el vinagre blanco o incluso el agua oxigenada son productos que siempre tienes en casa y que pueden salvarte de un apuro. Con estos trucos no te hará falta utilizar toallitas atrapa colores ni ningún tipo especial de detergente.
Limón y bicarbonato, el tándem perfecto
Lo primero que tienes que hacer es localizar las manchas que quieres quitar. Estira bien la prenda de ropa y estruja un limón encima de la región afectada. Frota bien su zumo en la mancha, como si quisieras extender toda la pulpa.
Luego, cubre toda la zona con bicarbonato de sodio - lo puedes encontrar en cualquier supermercado - y déjalo actuar durante una hora.
Por último, mete tu ropa en la lavadora. Lávala como siempre lo hagas, no tienes por qué aplicar un programa específico, solo déjalo actuar y cuando salga tu ropa estará más blanca que nunca.
Otros trucos que puedes utilizar
Hay muchas personas que recurren a la lejía o a la lavandina. Estos dos elementos se pueden utilizar tanto si lavas a mano o dejas que lo haga la máquina. Introduce la prenda de ropa en un cubo con un chorreón de estos y déjalos actuar un rato. Ambos productos son muy fuertes y, según el tipo de ropa, puede ser arriesgado utilizarlos. Los tejidos de algodón, poliéster y nylon no corren peligro.
Para eliminar una mancha amarilla que lleva mucho tiempo dándote dolores de cabeza también puedes verter en un barreño dos tazas de vinagre y dos de agua caliente. Introduce la prenda y déjala en remojo al menos 30 minutos. La acidez del vinagre actuará sobre la mancha y, cuando metas la ropa en la lavadora, quedará perfecta y sin olor a ensalada.
El agua oxigenada, por otra parte, también tiene propiedades blanqueadoras, pero, al igual que ocurría con la lejía o el cloro, es muy importante que leas el etiquetado de la prenda, pues puede causarle aún más daños.
Se puede utilizar con los mismos tejidos que la lejía y para hacerlo solo tienes que hacer una disolución de agua fría y agua oxigenada a partes iguales. Luego, introduce la prenda en el recipiente y déjalo actuar. Este truco es especialmente recomendable cuando se trata de manchas de sangre, vino o pintura.
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