Llega el calor
Cómo evitar las piernas hinchadas: consejos
Llega el calor y, con él, la mala circulación y las piernas cansadas, hinchadas y, en el peor de los casos, doloridas.
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Esos tobillos que se hinchan nada más salir a la calle, las venas y capilares de las piernas perfectamente visibles, incluso los pies tan hinchados que puede que tengamos que aflojarnos la hebilla de las sandalias. La causa es la retención de líquidos que se suele producir en esta época del año, y aunque no suele tener más importancia, lo cierto es que es muy incómoda para quienes la padecen, tanto desde un punto de vista estético como físico. La buena noticia es que con una serie de hábitos, e incluso con tratamientos no invasivos si el cambio de rutina no es suficiente, podemos combatir la hinchazón en las piernas y volver a sentirnos ligeras durante los meses de calor. Para empezar, es conveniente adoptar todos estos hábitos.
Ejercicio físico
Es el antídoto para todo, también para las piernas hinchadas. Cualquier tipo de ejercicio mejora el flujo sanguíneo y linfático y ayuda a devolver la sangre de las piernas y pies al corazón, de modo que simplemente levantándonos cada cierto tiempo si es que trabajamos sentadas y caminando un poco a buen ritmo notaremos la mejoría enseguida. Dar unos saltitos o correr en el sitio elevando las rodillas son otros ejercicios que nos ayudarán a mejorar el flujo de sangre y combatir las piernas hinchadas.
Un chorro de agua fría, siempre
Si no te atreves a ducharte con agua fría por completo, lo mejor es que te habitúes a acabar tu ducha diaria con un chorro de agua fría por todo el cuerpo, especialmente en las piernas. Activará la circulación y te ayudará a mejorar la retención de líquidos.
Cuidado con los suplementos
En esta época, las herboristerías venden como locas suplementos naturales contra la retención de líquidos. Mucho cuidado con ellos. Nuestro consejo es que lo mejor es siempre ser conservadoras y no tomar ni el más mínimo suplemento sin prescripción de un profesional, pues cuando combatimos la retención de líquidos el organismo también elimina minerales y electrolitos, cosa que puede conllevar un riesgo. Puedes optar por tomar infusiones como la cola de caballo y otras hierbas diuréticas, siempre con moderación y en el marco de una dieta saludable. Si vas a ir más allá, lo mejor es que consultes antes con un médico.
Bebe agua
Sin necesidad de que cuentes vasos de agua, pues la cantidad necesaria depende de cada organismo, hábitos y circunstancias, sí que es importante que te mantengas hidratada durante todo el día. No es necesario que todos los líquidos que ingieras sean agua, ya que las frutas (sobre todo las de verano, como melón y sandía), las sopas o cremas, el café y las infusiones también son ricos en agua.
Evita la sal y los productos azucarados
Contribuyen a la retención de líquidos, de manera que el mejor favor que puedes hacer a tu organismo es restringir poco a poco el consumo tanto de sal como de azúcar hasta que tu paladar se acostumbre progresivamente al sabor original de los alimentos. Al principio te costará un poquito, y más teniendo en cuenta que un montón de productos del mercado llevan grandes cantidades de sal y azúcar añadidos que tomamos prácticamente sin darnos cuenta, pero en cuestión de pocas semanas ya estarás más que habituada.
Masajes linfáticos
Hay numerosas técnicas tanto invasivas como no invasivas para mejorar la retención de líquidos en las piernas. Desde la mesoterapia con infiltraciones, que no solo elimina la celulitis y grasa localizada, sino también reduce y reafirma, hasta los aconsejables masajes linfáticos, que te recomendamos realizar periódicamente si sufres este problema (lo mejor es que los hagas también en invierno y no esperes al verano). Si buscas un drenaje linfático más potente, lo mejor es que te informes sobre técnicas como la presoterapia, que mejora notablemente la circulación pero que, sin embargo, no actúa como reafirmante. Así pues, lo ideal es combinar las sesiones de presoterapia con la práctica de ejercicio físico de fuerza para tonificar las piernas, desde las zancadas a las sentadillas.
Usa ropa holgada
Trata de evitar vaqueros estrechos o leggings, especialmente en verano. Opta por prendas holgadas que además te permitan echar mano de una crema de piernas refrescante siempre que lo necesites, pues notarás un alivio inmediato. Evita los tacones altos y opta siempre por zapatos con un par de centímetros de elevación.
Duerme con las piernas elevadas
Poner las piernas en alto para mejorar la circulación suele proporcionar un alivio inmediato, de modo que lo mejor que podemos hacer al llegar a casa tras una jornada fuera es darnos una ducha con un chorro de agua fría, alzar las piernas y aplicarnos una crema fría específica. Otra buena opción es acostumbrarnos a dormir con las piernas elevadas sobre un cojín, ya que es una buena manera de garantizar la buena circulación en las piernas.
Busca el fresco
Busca siempre los aires acondicionados, las playas y piscinas de agua fresquita y los climas que favorezcan dormir con manta. Si tienes la oportunidad de escaparte de vez en cuando para ahorrarte los golpes de calor si vives en un lugar donde el termómetro sube mucho en verano, mejor que mejor.
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