CONSEJOS PARA PADRES
Cómo evitar y tratar la obesidad infantil
La obesidad es una de las plagas del siglo XXI. ¿Cómo luchar contra ella? ¿Qué podemos hacer para evitar tener niños obesos? Odile Fernández, médico de familia y autora del libro ‘Mi niño come sano’, habló de ello en el IV Encuentro #ConectaConTuHijo, organizado por Guiainfantil.com
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Quizás la gran pregunta aquí sería: ¿Por qué hay cada vez más niños obesos a edades más tempranas? La respuesta es fácil: porque no les educamos en el tema de la nutrición y de la alimentación sana y equilibrada.
Algunas veces ocurre que no somos conscientes de lo que estamos ofreciendo a nuestros hijos y que, aunque el niño come poco (una de las “excusas” más típicas de los padres), lo que ingiere a diario no es saludable y tiene mucho azúcar en cubierto. Por ejemplo, muchos padres no saben que un vaso de leche con cacao soluble y galletas son 10 terrones de azúcar.
Otro factor importante es que cada vez más, en los hogares españoles por las prisas y la falta de tiempo, se está optando por la comida ultraprocesada y, por tanto, por alimentos extremadamente grasos.
Y no hay que olvidar algo que favorece directamente la obesidad infantil: el sedentarismo y la falta de ejercicio de los niños de hoy en día. Juegan a la Play, al móvil, a la tableta y no salen a la calle a montar el bici o a correr.
Los alimentos más azucarados de mercado
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que los niños menores de 12 años no tomen más de 17 grados de azúcares añadidos al día y los mayores 25 gramos.
Entre los alimentos más azucarados estarían que hay en el mercado nos encontramos con yogures de sabores, fiambre, ketchup, tomate, los aliños de las ensaladas, la bollería industrial… ¡Todo tiene azúcar añadido!
Esto hace un suma y sigue y provoca que, a día de hoy, los niños de media tomen 65 gramos de azúcares añadidos. Al año, se estima que los niños occidentales toman 32 kilos de azúcar al año.
La obesidad, a largo plazo y corto plazo, provoca cáncer, diabetes, problemas cardiovasculares y de hipertensión, colesterol alto, caries complicaciones de espalda y de rodillas, malformación en la planta del pie, baja autoestima, ansiedad, estrés, tendencia al acné y el asma... ¡Parecemos ya esta lacra!
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