DAR A LUZ
Cómo prepararte para parir sin epidural
La epidural se utiliza para reducir los dolores producidos por las contracciones durante el parto. Se trata de una opción a la que pueden acogerse las mujeres cuando dan a luz, no una imposición del personal sanitario.
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La analgesia epidural es un recurso farmacológico para aliviar el dolor, y es principalmente útil en partos que por algún motivo deben ser medicalizados o instrumentados. Pero hoy en día está tan extendido su uso que nos asombramos cuando una mujer decide parir sin epidural.
Es lícito que las mujeres decidan usar epidural en su parto, y también somos afortunadas de poder disponer de ella, sobre todo en partos que se desvían de la normalidad. Pero sería un error pensar que parir con o sin epidural es lo mismo, y que "ya que estamos, pues te la pones cuanto antes y te ahorras el dolor".
Por un lado, porque ese dolor tiene un significado en la vivencia y el desarrollo de este proceso, en cómo nace el bebé y en cómo lo vive la madre. Y, por otro lado, porque la epidural (como cualquier intervención médica) también tiene posibles riesgos asociados.
Consejos de una matrona para parir sin epidural
- Te aconsejo que vayas con la mente muy abierta y nunca te cierres a nada. El parto es un proceso espontáneo, natural, pero algo puede desviarse de lo normal y pueden ser necesarias algunas intervenciones. Si esto pasa y necesitas hacer uso de la analgesia epidural, acéptalo como parte del camino para conocer a tu bebé.
- Realiza una preparación al parto que te aporte tranquilidad al conocer el proceso de parto, y que te enseñe recursos para gestionar las contracciones.
- Trabaja tus miedos durante el embarazo, ya que esto te aportará un estado de calma en el parto que te hará vivir el proceso de una forma más positiva.
- Ten una "mochila" de recursos: tu propia respiración, meditaciones, aromaterapia, acupresión, movimiento, TENS, calor local…
- Que tu acompañante sea tu equipo. La persona que esté contigo en el parto debe saber cómo acompañar, debe conocer tus deseos y respetarlos, y así aportarte calma y ser ancla en los momentos que lo necesites.
- Elige un hospital de baja intervención, donde tengan recursos que ofrecerte para aliviar el dolor de forma diferente, donde los protocolos estén actualizados, y donde sepas que trabaja personal que te apoyará en tu plan de parto.
- Haz oídos sordos a todo el que opine respecto a tu forma de parir. Rodéate sólo de personas que vayan a aportarte con su experiencia de parto y que te apoyen en tu decisión.
- En el embarazo, mantente activa. Haz ejercicio físico que te ayude a preparar tu cuerpo para el parto, ya que se ha relacionado con tiempos de parto más cortos.
- Durante el parto, muévete como tu cuerpo de pida, tanto en la dilatación como en el expulsivo. El movimiento te ayudará a calmar el dolor, y además favorecerá el proceso de parto.
Así que si deseas parir sin epidural, puedes hacerlo. La forma de nacer importa, y tú estás eligiendo la manera en la que quieres vivir el nacimiento de tu bebé. Aléjate de todas esas personas que, desde el conocimiento, te juzgan o interfieren en tus deseos. Tu parto es sólo tuyo, y tú decides cómo hacerlo.
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