CONSECUENCIAS GRAVES

Cómo saber si a tu hijo le ha dado un golpe de calor

Debemos cuidarnos de no sufrir un golpe de calor porque puede tener consecuencias fatales, sobre todo para las personas más vulnerables, principalmente ancianos y niños. En este artículo te explico cómo reconocer los primeros signos del golpe de calor y cómo prevenirlo.

Un niño con dolor de cabeza

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Durante la temporada veraniega sufriremos varias olas de calor en nuestro país. En las zonas más cálidas, a parte de la incomodidad del calor, las dificultades para dormir y las malas condiciones para trabajar a pleno sol debido a las altas temperaturas debemos estar alerta para evitar los llamados golpes de calor. Existen y son muy peligrosos, sobre todo en las personas mayores y niños.

Golpes de calor: Síntomas principales

Durante un día muy caluroso debemos estar muy pendientes de los niños más pequeños, principalmente menores de 4 años y sobre todo, menores de 1 año. Ellos son los más vulnerables, ya que su temperatura corporal sube más rápido que en los adultos porque tienen menor reserva de agua y sudoración y su capacidad de termorregulación es menor.

Los primeros síntomas de un golpe de calor son:

  • Mareos, sensación de cansancio extremo o somnolencia con dificultad para despertarse.
  • Malestar estomacal con naúseas y vómitos
  • Fiebre superior a 40 ºC
  • Piel muy seca, caliente, cara roja o con erupciones causadas por el sudor en cuello o axilas
  • Cefalea o irritabilidad
  • Taquicardia
  • Calambres musculares
  • En los casos más graves, pérdida de consciencia.
Niños jugando al aire libre
Niños jugando al aire libre | Pexels

Consecuencias de un golpe de calor

Si no se presta atención a estas señales y se reacciona rápido (sobre todo en bebés), el golpe de calor puede ocasionar problemas mucho más graves, pudiendo llegar a provocar fallo multiorgánico e incluso la muerte.

¿Por qué se produce el golpe de calor?

Durante el verano, la exposición a temperaturas muy elevadas puede producir una pérdida de agua y sales minerales que alteran el sistema de regulación térmica de nuestro cuerpo. Como consecuencia, se produce un sobrecalentamiento corporal que impide que los órganos vitales funcionen correctamente.

El ejercicio físico excesivo con temperaturas muy altas o la exposición solar directa prolongada pueden aumentar el riesgo de sufrir un golpe de calor. Cabe recordar aquí que, aunque suele ocurrir en días soleados con calor intenso, también puede ocurrir en días nublados o ambientes sombreados.

Cómo actuar en un golpe de calor

Si se sospecha un golpe de calor se debe actuar de forma rápida, intentando disminuir la temperatura del niño con medios físicos de forma progresiva:

  • Llevar al niño a un lugar fresco y ventilado
  • Acostarlo (preferiblemente con los pies hacia arriba)
  • Aflojar la ropa y retirar las prendas innecesarias
  • Aplicar paños de agua fría (principalmente en cabeza, muñecas y nuca)
  • Si el niño está consciente podemos ofrecerle agua o suero de rehidratación oral comprado en farmacias.

En cualquier caso, a continuación debemos llevarlo al médico para que lo reconozca.

Esta será la forma de actuar si el pequeño está consciente, pero si no lo está o no respira, debemos llamar de inmediato a emergencias e iniciar maniobras de reanimación mientras llega la asistencia sanitaria.

Niños disfrutando del verano en la piscina
Niños disfrutando del verano en la piscina | Pexels

¿Cómo prevenir los golpes de calor?

El principal tratamiento del golpe de calor es la prevención: anticiparse para evitar que el niño se enfrente a esta situación.

Para ello, cuando hace mucho calor es importante tomar una serie de precauciones:

  • Hidratar: Es preciso insistir en una adecuada ingesta hídrica y en una vigilancia continua del estado de hidratación, sobre todo en los niños más pequeños (menores de 6 meses con tomas de pecho frecuentes). Las comidas deben ser ligeras, insistiendo en el consumo de frutas y verduras.
  • Limitar el ejercicio: Evitar el ejercicio intenso en las horas más calurosas del día (horas centrales).
  • Ropa adecuada: Utilizar ropa transpirable, ligera, holgada y de colores claros. Incorporar un sobrero o gorra para proteger la cabeza.
  • Refrescar: Mantener a los niños a la sombra, con aire acondicionado o ventiladores, si es posible. Es aconsejable que se bañen o se mojen con cierta frecuencia.
  • Nunca solos: No dejar a los niños solos en el coche bajo ningún concepto. Los vehículos pueden alcanzar en su interior temperaturas altísimas y son causas de golpes de calor fatales todos los veranos.
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