RELACIONES SANAS
Cómo saber si tu pareja es emocionalmente madura según su reacción en una discusión
Escuchar, validar sentimientos y reflexionar son claves para resolver conflictos y fomentar el crecimiento mutuo, mientras que la inmadurez emocional genera barreras y dificulta la conexión, asi nos lo cuenta la psicoterapeuta Patricia Pasquin en un video a través de sus redes.
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Discutir con tu pareja puede ser algo que a menudo nos asusta o incomoda. Sin embargo, lejos de ser algo negativo, las discusiones pueden convertirse en un componente esencial para construir una relación sólida y saludable. Guardarse sentimientos o molestias para evitar conflictos solo provoca que, con el tiempo, esas emociones acumuladas exploten de forma descontrolada, lo que genera problemas mayores. En cambio, abordar los problemas en el momento, incluso si ello lleva a una pequeña discusión, permite que las diferencias se resuelvan antes de que se conviertan en barreras.
La psicoterapeuta Patricia Pasquin, a través de su perfil de Instagram @wildlessons, explica cómo las discusiones en una relación no solo sirven para resolver conflictos, sino también para identificar la madurez emocional de las personas. Según su perspectiva, la forma en que alguien responde durante una discusión puede revelar mucho sobre su carácter, su empatía y su capacidad de introspección. Esto aplica no solo en las relaciones de pareja, sino también en la relación con uno mismo.
Madurez emocional: una clave para relaciones sanas
Saber si una persona es emocionalmente madura no requiere de pruebas complejas. Como explica Pasquin, basta con observar cómo reacciona cuando le compartes algo que te ha hecho daño. La respuesta de esa persona es un indicador claro de su nivel de empatía y autoconciencia.
Las personas emocionalmente maduras tienen la capacidad de escuchar sin reaccionar de manera defensiva. Tienen en cuenta los sentimientos del otro y reflexionan sobre sus propias acciones. En lugar de intentar "ganar" una discusión o justificar su comportamiento, buscan entender el punto de vista ajeno. Esto no solo fortalece la relación, sino que también promueve un ambiente de confianza y crecimiento mutuo.
Por otro lado, la inmadurez emocional suele manifestarse en forma de evitación, negación o culpar a la otra persona. Las personas inmaduras emocionalmente tienden a invalidar los sentimientos del otro, considerándolos una exageración, o a transformar la conversación en un ataque personal. Esta incapacidad para asumir la responsabilidad de su impacto en los demás refleja un camino pendiente de desarrollo emocional.
El poder de las respuestas en una discusión
La forma en que respondemos en una discusión puede marcar la diferencia entre fortalecer o debilitar una relación. Una respuesta madura y consciente permite no solo sanar las heridas del momento, sino también construir una base sólida para el futuro de la relación. Por el contrario, una reacción inmadura expone áreas en las que todavía falta trabajar para desarrollar una conexión más profunda y significativa.
Es importante entender que el crecimiento emocional no es un proceso instantáneo ni sencillo. Requiere una reflexión propia, una empatía y, sobre todo, disposición para cambiar algunos aspectos de nuestro comportamiento que tal vez llevamos arrastrando durante años. Reconocer nuestras áreas de mejora y trabajar en ellas no solo nos ayudará a mejorar nuestras relaciones, sino también a crecer como individuos.
Las discusiones, cuando se gestionan con empatía y apertura, dejan de ser motivo de miedo o tensión para convertirse en una herramienta de crecimiento. La pregunta no es si discutimos, sino cómo respondemos y qué aprendemos de esas interacciones. Así es como se construyen relaciones más sólidas y significativas.
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