Es muy habitual
Consejos para mantener los pies calentitos ahora que llega el frío
Son muchas las mujeres que sienten los pies fríos con frecuencia, incluso doloridos en algunos momentos cuando aprieta el invierno.
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Tener los pies siempre fríos es un mal común, pero no por ello menos molesto, y muchas personas tienen incluso dificultades para conciliar el sueño por culpa de unos pies como témpanos de hielo. Las causas de los pies fríos son frecuentes, y están relacionadas sobre todo con la mala circulación periférica, aunque en algunos casos podrían existir afecciones como la diabetes, el déficit de vitaminas del grupo B, anemia e hipotiroidismo. Lo más probable, sin embargo, es que los pies fríos tengan su origen en causas puntuales como un resfriado, una gripe, la menstruación o cualquier otro cambio hormonal que pueda implicar puntualmente cambios en nuestra temperatura corporal. La buena noticia es que con una serie de truquillos podemos mantener a raya la temperatura de nuestros pies y conseguir que el frío no nos haga la vida imposible.
Calcetines de lana
Pese a que tengamos interiorizado que el mejor material para los calcetines es el algodón, es cierto que en invierno es mucho mejor utilizar calcetines de lana si tenemos problemas de pies fríos. El algodón tiende a absorber la humedad, de manera que si durante el día nos sudan los pies, probablemente los notemos húmedos durante varias horas. La lana, sin embargo, no solo calienta los pies sino que repele el agua, por tanto será el material ideal para combatir el termómetro.
Pies siempre libres
No utilices ni calcetines ni zapatos demasiado apretados, ya que pueden dificultar la circulación de la sangre, fundamental para mantener una correcta temperatura de todo el cuerpo, incluyendo los pies. Es importante que sea cual sea el calzado que llevamos o los calcetines que escojamos, estos nos permitan mover los dedos de los pies con libertad.
Zapatos siempre secos
Es conveniente tener varios pares de zapatos e ir alternándolos, ya que de lo contrario es posible que queden húmedos por dentro, bien por la lluvia o por el sudor, y tengamos una sensación de frío constante. Procura secar correctamente los zapatos después de cada uso, ventilándolos si fuese necesario, y utilizarlos únicamente cuando estén bien secos.
Baños de agua tibia
Ni las bolsas de agua caliente ni colocar los pies frente a una estufa excesivamente caliente van a solucionar nuestro problema, ya que los contrastes harán que después sintamos más frío. Lo mejor es que metas los pies en una palangana con agua tibia (nunca excesivamente caliente) durante un rato antes de meterte en la cama, y que las sábanas estén también calentitas (¿has probado el viejo truco de pasarles el secador?).
Bebe agua
No olvides que la deshidratación puede afectar a la temperatura de pies y manos, de manera que incluso en invierno, cuando sentimos menos sed, es importante mantenernos hidratadas.
Levántate frecuentemente de la silla
Si tienes un trabajo sedentario, no olvides levantarte con frecuencia para mantener activa la circulación. Procura también cambiar frecuentemente de postura, no tener las piernas cruzadas durante demasiado rato y ejercitar los pies cada cierto tiempo: bastarán unos cuantos movimientos de tobillos y dedos.
Escoge buen calzado
Es conveniente que el calzado que utilices sea siempre de piel y que no deje pasar el agua, especialmente si vives en una zona donde llueve con frecuencia. Pese a que sean muy estilosas y se hayan puesto de moda, evita las botas de agua, pues solo conseguirán hacer que te suden los pies y los acabes teniendo más fríos. Evita, sobre todo, las pieles sintéticas y otro tipo de materiales propios de los zapatos de mala calidad. En el mercado hay algunos zapatos que cuentan con forros interiores extrafinos que pueden ayudarte a mantener una correcta temperatura.
Masajes frecuentes
Procura masajearte los pies todos los días durante unos minutos, si puede ser con la ayuda de un aceite o de una buena crema hidratante que te proteja de lesiones, para mantener activa la circulación y con ella una correcta temperatura corporal.
Nada de café
La cafeína comprime los vasos sanguíneos, de manera que limita la capacidad del cuerpo para entrar en calor. Si somos amantes del café, lo mejor es siempre optar por la versión descafeinada, así como por infusiones relajantes y calditos.
Sí al doble calcetín
Si te encanta usar faldas y vestidos en invierno, lo mejor es que optes por ponerte unos calcetines sobre las medias, ya que estas suelen ser tan finas que dejan pasar el frío con mucha facilidad. Ni que decir tiene que es fundamental que no te expongas a temperaturas demasiado altas durante largo tiempo, y procures tener una temperatura agradable tanto en tu casa como en tu lugar de trabajo.
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