A FAVOR Y EN CONTRA
Crossfit: Para quien sí y para quién no
El Crossfit tiene defensores y detractores dentro de la profesión. Vamos a ver en qué consiste y para qué personas estaría contraindicada esta práctica deportiva que está tan de moda entre hombres y mujeres, sobre todo a partir de los 30 años.
Publicidad
En el mundo del entrenamiento y del fitness tenemos múltiples opciones. Una de las que vuelve a situarse entre las favoritas es el Crossfit, actividad que podemos realizar dentro de una clase colectiva en los gimnasios o en centros especializados en esta modalidad.
Crossfit es una marca registrada y patentada, que también es conocida por otros nombres como el cross training o entrenamiento militar.
Estas actividades se caracterizan por combinar ejercicios de halterofilia, ejercicios funcionales y ejercicios aeróbicos y anaeróbicos, realizados con una intensidad alta. Repasamos cada uno de ellos:
- Halterofilia: Algunos ejercicios frecuentes de halterofilia son el back squat o el clean and jerk. Traducido al español, estos ejercicios serían la sentadilla con barra apoyada en la parte superior de la espalda, y la típica cargada donde se levanta una barra desde el suelo y por encima de nuestra cabeza con los brazos estirados. Si no conoces ninguno de ellos, no es el momento de empezar para ti. La técnica en ambos casos es fundamental para evitar lesiones.
- Ejercicios funcionales: Son los que más se asemejan a los movimientos de nuestro día a día y, por lo tanto, aquellos que debería hacer bien cualquier persona.
- Alta intensidad: Cada vez hay más estudios que recomiendan entrenar con intensidad alta, pero para ello hay que tener una experiencia previa. No puedes empezar de cero con intensidades elevadas sino más bien todo lo contrario.
Por lo tanto, si estás empezando a entrenar o si tienes poca experiencia, no hagas crosstraining. Antes de practicar esta modalidad es imprescindible tener una buena base de entrenamiento y saber emplear muy bien la técnica de los ejercicios.
Lo mejor y lo peor del Crossfit
- Motivación
El Crossfit tiene un componente imbatible que es la motivación. Los entrenamientos se enfocan para que determinados ejercicios se ejecuten lo más rápido posible, o en un tiempo determinado, o superando ciertos aspectos. Esa combinación de ejercicio y competición es muy motivadora y ayuda a que te esfuerces al máximo y que quieras repetir al día siguiente.
De modo que si eres de los que necesitas que tiren de ti para entrenar, quizás esta modalidad es una buena opción que te animará a acudir a los entrenamientos. No obstante, no basta con las ganas: necesitas un mínimo de nivel y experiencia.
- Socialización
Al competir con otros compañeros, se generan complicidades y piques sanos. Esto favorece que dentro de los centros de crosstraining se creen grupos de amigos que luego quedan para realizar otras actividades. Además de mejorar tu salud, te encuentras con personas con las que compartes gustos, aficiones... y sufrimiento.
- Alto riesgo de lesiones
El crosstraining tiene el gran inconveniente de ser muy lesivo. Aún para aquellas personas con mucha experiencia, existe un gran riesgo de hacerse daño.
El motivo es que hay que realizar ejercicios complejos a alta intensidad. Hacer un ejercicio difícil con una buena técnica es sencillo cuando se tiene experiencia y, sobre todo, cuando se hace de forma controlada o supervisada por un entrenador.
En cambio, cuando el cuerpo está al límite, por cansancio acumulado o por número de repeticiones, los ejercicios se completan como sea, más aún si hay competición de por medio. Eso provoca que se pierda la técnica y se haga peor el ejercicio. Si a ello se le suma que se suele practicar con peso extra, la combinación resulta explosiva.
En esta disciplina, es muy factible que tarde o temprano tengas alguna lesión. Las zonas más afectadas son las lumbares, rodillas y hombros. Si ya sufres en estas articulares, es preferible decantarse por otras opciones, puesto que hay riesgo de que empeore. Y si estás bien, ten mucho cuidado de hacer bien los ejercicios si quieres continuar disfrutando del ejercicio y de no tener dolores.
Patologías incompatibles con el Crossfit
El crossfit se realiza con alta intensidad, lo que resulta positivo para algunas personas, pero no para todas. Por ejemplo, para alguien con diabetes se recomienda evitar la intensidad elevada. No es un tipo de entrenamiento óptimo para todo el mundo.
Sea cual sea la enfermedad o patología que padeces, no hagas cualquier ejercicio sin conocimiento. Primero consulta con tu médico si puedes realizar ejercicio y, con su aprobación, ve a un entrenador personal que te realice un estudio personalizado. Gracias a este estudio podrás saber qué es lo mejor para ti y si puedes hacer Crossfit o cualquier otro ejercicio que tengas en mente.
Publicidad