La respuesta no es sencilla
¿Debes meterte en la cama con él si no te acaba de hacer tilín?
A todas nos ha pasado: estamos muy a gusto con ese chico pero sexualmente, no nos excita. Y él lo está deseando. ¿Qué hacer?
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“Me sorprendió oír a mis amigas, y te hablo de mujeres de más de 40 años, que se les presupone cierta madurez y seguridad en sí mismas, diciendo que más de una vez se habían ido a la cama con un tipo sin que les gustase realmente. Y por varias razones: porque pensaban que si no, él se lo tomaría mal. Porque ya se veían en esa circunstancia y total, por probar, si él era majo. Por toda una serie de razones que yo no acababa de entender. Y claro, al final habían sido unos polvos nefastos”, comenta Verónica.
Sin entrar a valorar las razones de cada una para hacerlo (aunque debo reconocer que me parece aterrador lo de “por si él se lo toma mal”), este comportamiento no está muy alejado, salvando las distancias generacionales, del “lo hice por cumplir” de nuestras madres y abuelas. Porque, ¿debes o no meterte en la cama con alguien si sabes que no te acaba de hacer tilín?
Tilín, que te ponga, que te excite, la magia, la química… llámalo como quieras, pero sabes de lo que hablamos: ese no sé qué que no siempre surge (como me dijo una amiga, “el deseo va por libre”) y que tampoco sabes por qué con un tipo atractivísimo no acaba de aparecer y con otro que es más bien feúcho está súper presente desde el minuto cero.
Tienes claro que con este chico encantador y maravilloso no ha surgido. Te cuesta reconocerlo porque estás a gusto con él pero lo sabes fehacientemente: no te pone como te puso aquel malote con el que tenías unos polvos maravillosos y nada más, porque desapareció sin decir ni mú. El angelote que has encontrado ahora está deseando meterse contigo entre unas sábanas pero tú vas poniendo excusas y no te reconoces. ¿Qué hacer? ¿Acostarse o no? ¿Hay que acostarse porque él sea simplemente majo? ¿Bajamos nuestro nivel de exigencia y nos encamamos aunque tengamos claro que no va a pasar de la categoría de amigos?
A ver, la respuesta no es sencilla. Si tienes un vínculo y tienes claro que es un tipo que merece la pena, puedes probar, aunque no haya surgido la maravillosa química. Por probar no pierdes nada y a lo mejor descubres que sois súper compatibles en la cama y eso que te llevas. Y acaba surgiendo la anhelada química…
Aunque si tienes más que claro que solo le ves como amigo y que la idea de irte de fin de semana con él te resulta tan atractiva, sexualmente hablando, como una visita al dentista, quizás debieras ser sincera contigo misma y sobre todo, con él. En esto del amor y del sexo se trata de ser fiel pero sobre todo de ser fiel a uno mismo: tú, que ya tienes una edad, ya sabes de sobra qué te gusta y qué no.
Así que por probar, puedes probar: esto es como lo de probar los caracoles y a lo mejor descubres un manjar que ya los quieres comer todas las semanas. Si bien lo idóneo sería que, cada vez que te encamas con alguien, sea porque de verdad te apetece (nada de quedar bien con el otro que oye, si le sienta mal que salga a correr por el campo que es muy liberador).
A la cama hay que ir con ganas, siempre. Y lo demás pueden ser experimentos con gaseosa.Publicidad