La despedida de la guarde

La vida laboral me hacía imposible seguir dedicándome en cuerpo y alma a ella. Llegó el momento de llevarla por primera vez a la "Guarde". Los primeros días fueron muy duros para todos pero en especial para Anita y para mí. Sin embargo el paso de los días, iba dando la razón a todos vuestros comentarios tranquilizadores, y rápidamente todos nos hicimos a la nueva situación, especialmente la peque, puesto que yo tardé mucho más a habituarme a estar todo el día sin "mi niña".

En un abrir y cerrar de ojos han pasado ya dos años y acaban de transcurrir sus últimos días en la guardería. Siempre será para mí un sitio familiar que recordaremos con muchísimo cariño. Sólo tengo palabras de agradecimiento hacia un equipo de profesionales de los pies a la cabeza, a las que ahora considero amigas y a las que mi hija adora en el sentido literal de la palabra.

No recuerdo después de la primera semana de adaptación, ningún sólo día que mi hija no se haya quedado feliz y la hayamos recogido de la misma manera. Gran parte de lo que es hoy Anita, en carácter, simpatía, amabilidad y otros valores que se le pueden reconocer fácilmente, se los debe a ellas, al cariño con el que siempre la han tratado.

Siento mucha nostalgia al escribir este post, primero porque significa que ha pasado el tiempo y la peque ya no es tan peque, el próximo curso ya acudirá al cole. En segundo lugar porque ese paseo de casa a "la guarde" para nosotras era muy especial cada mañana, como habréis comprobado en mis innumerables "stories" captados en ese momento, y por último porque ya no veré todos los días a las seños Pachi, Belén, Rocío, Eva, Aroa, Laura, Vanesa, María y Patri, a las que quiero dedicar este post, porque como el propio nombre de este lugar indica, son VERDADEROS ÁNGELES.