DÍA MUNDIAL DE LA DIABETES

Diabetes gestacional: ¿Qué es y cómo afecta al embarazo?

En el marco del Día Mundial de la Diabetes, en NovaMás arrojamos un poco de luz sobre la diabetes gestacional ¿En qué consiste? ¿Cómo afecta al embarazo? ¿Puede perjudicar al bebé? En este artículo encontrarás respuesta a estas preguntas y a muchas otras.

Mujer embarazada haciéndose un control de glucosa en sangre.

Mujer embarazada haciéndose un control de glucosa en sangre.iStock

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Cuando una mujer está embarazada, suele cuidar mucho su estado de salud: vigila lo que come, el deporte que hace, su descanso, su tranquilidad mental y su bienestar emocional, entre otros muchos aspectos de su vida.

Los estrictos controles médico ayudan a llevar un seguimiento exhaustivo del estado físico de la paciente; no obstante, hay algunos factores de riesgo a tener en cuenta como la obesidad, el síndrome de ovarios poliquísticos o la falta de actividad física que pueden desencadenar complicaciones, no demasiado graves.

Si reúnes alguno de estos síntomas y, además, sientes que aumenta tu sed y las ganas de miccionar, puede que padezcas diabetes gestacional. En este artículo te explicamos todo lo que tienes que saber. Sigue leyendo.

¿Qué es la diabetes gestacional?

La diabetes gestacional es un tipo de diabetes -alta presencia de glucosa en sangre- que padecen las mujeres embarazadas, única y exclusivamente durante las semanas que dura el embarazo, dado que normalmente los niveles de azúcar se equilibran una vez se haya dado a luz.

Durante la gestación, el cuerpo produce hormonas especiales para que el bebé llegue a buen término y, en ocasiones, el páncreas no puede generar la cantidad de hormonas de insulina necesarias para convertir la glucosa de la sangre en energía.

El diagnóstico de la diabetes gestacional

Por norma general, entre la semana 24 y la 28 todas las mujeres embarazadas se realizan una prueba llamada sobrecarga de glucosa en la que deben tomar un líquido dulce que contiene glucosa.

Una hora más tarde de la ingesta, un profesional de la salud extrae sangre y analiza cómo el organismo ha procesado esa glucosa y cuánta insulina ha sido capaz de producir para contrarrestar los efectos del azúcar en sangre.

Si los resultados de la analítica indican que el cuerpo no ha generado la suficiente insulina, se suele llevar a cabo una segunda prueba llamada tolerancia oral a la glucosa.

Para ello, la mujer embarazada debe seguir una dieta estricta durante tres días con un alto porcentaje de glucosa en los alimentos y acudir al centro médico para realizarse un análisis de sangre en ayunas.

Después, ingerir de nuevo el líquido que contiene glucosa y realizar análisis sanguíneos al cabo de una, dos y tres horas.

Si la producción de la insulina para compensar los efectos de la glucosa no es la adecuada, en dos de las tres analíticas, se diagnostica diabetes gestacional.

¿Cómo afecta la diabetes gestacional al embarazo?

La futura mamá debe hacerse controles de glucosa en sangre -y en algunos casos de cetona en orina- de forma diaria para asegurar que su cuerpo tiene unos niveles adecuados de azúcar e insulina.

Un desequilibrio en esta hormona puede provocar en la mujer sobrepeso, hipertensión -y preeclampsia- y mayores posibilidades de desarrollar Diabetes tipo 2 en un futuro.

Para el bebé, un exceso de glucosa en la sangre de la madre -que es la encargada de transportar los nutrientes al feto- conlleva que le llegue mucho azúcar y que crezca más de la cuenta, por lo que puede nacer con sobrepeso.

Esta consecuencia de la diabetes puede acarrear algunas complicaciones en el parto como, por ejemplo, que al tener mayor tamaño se adelante y nazca prematuro, que se quede encajado en el conducto del parto y que termine en cesárea o que desarrolle hipoglucemia -nivel bajo de glucosa sanguínea- después de nacer, entre otras.

Dieta y ejercicio: el mejor tratamiento

La gran mayoría de mujeres que padecen diabetes gestacional pueden mantenerla a raya con una dieta equilibrada y ejercicio habitual, por lo que el tratamiento suele ser sencillo.

Elaborar un plan de alimentación saludable que determine la cantidad de las comidas, los horarios y los alimentos más adecuados es fundamental para controlar los niveles de glucosa que se ingieren.

Si no se come lo suficiente o si el nivel de glucosa está demasiado alto, el organismo puede producir cetonas, que surgen cuando el cuerpo quema grasa en lugar de glucosa para obtener energía, algo perjudicial para la mamá y el futuro bebé.

Practicar actividad física de forma regular es vital para alcanzar los niveles de glucosa recomendables porque mantenerse activo es una manera ideal de quemar esa energía extra de la que dispone el cuerpo al tener un exceso de glucosa.

Cuando la dieta y el ejercicio no son suficientes para controlar los niveles de glucosa, el equipo médico recomienda inyecciones de insulina, cuya cantidad y administración variarán en función de cada paciente.

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