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¿Duermes abrazado a la almohada? Esto tiene una explicación psicológica

Cada acción que llevamos a cabo puede reflejar aspectos de nuestra vida y personalidad sin ser conscientes. Y dormir abrazado a una almohada también. Te lo contamos.

Una mujer durmiendo abrazada a una almohada

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Es habitual que los niños duerman abrazados a un peluche, pero también es más normal de lo que pensamos que los adultos lo hagan a una almohada. Se trata de un hábito súper común que refleja algunos aspectos de la personalidad y el estado emocional de una persona.

En un primer lugar, se ha comprobado que cuando pasamos por etapas de mayor soledad o más estrés, la probabilidad de dormir abrazado a una almohada aumenta. Y es que, como forma de autoconsuelo, este gesto nos permite relajar el cuerpo y dormir mejor.

El motivo más común es para sentir esa sensación de contacto físico y cercanía que podemos experimentar al abrazar a alguien. Al hacerlo con la almohada, tenemos más sensación de protección y consuelo, una forma de sentirnos seguros y recibir afecto.

Dormir abrazado a la almohada
Dormir abrazado a la almohada | iStock

Además de estas manifestaciones, los expertos en psicología apuntan que las personas que duermen abrazando una almohada tienden a ser más cariñosas, leales y con fuertes vínculos emocionales con las personas que les rodean. Un comportamiento que podría estar relacionado con el apego emocional y el deseo de sentirse protegidos, pero también de proteger a otros.

De la misma forma, otros rasgos de la personalidad que podrían sacarse en claro al conocer este hábito al dormir son la honestidad y la sinceridad. Se ha estudiado que las personas que abrazan a la almohada para dormir son más abiertas, más honestas y que tienden a decir lo que piensan sin filtros.

Y tú, ¿duermes abrazado a la almohada? Y si es que sí, ¿te identificas con algunos de estos aspectos?

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