SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA
Enfermedades que se pueden detectar en una citología aparte del VPH
No acudir al ginecólogo por vergüenza se convertirá en algo perjudicial a largo plazo. Este experto es quien nos detectará los problemas y enfermedades que pueden aparecer en nuestro sistema reproductivo, además de tratarlos y solucionar nuestras dudas. Consulta a tu ginecólogo para saber si es momento de someterte a una citología.
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Para todo aquello relacionado con la reproducción femenina, especialmente el cuidado del sistema reproductivo, acudimos al ginecólogo. A pesar de la importancia de esta especialidad, tendemos a sentir pudor cuando es el momento de acudir a la cita, pues es la persona encargada de comprobar el estado de nuestras partes íntimas, de preguntarnos acerca de nuestra vida sexual y de controlar la actividad de las hormonas.
Pero eso no debería ser un motivo para no visitarlo, es necesario perder este miedo si queremos disfrutar de buena salud. Entre las pruebas y controles que llevan a cabo se encuentra la citología.
Se trata de un examen médico que consiste en analizar las células del cuello uterino para encontrar en ellas indicios de una posible patología. Así pues, permite detectar en fases iniciales la afección y mejorar su evolución. Para ello, el especialista toma una muestra de la cavidad y se analiza en un laboratorio.
¿Qué enfermedades pueden diagnosticarse con una citología?
La presencia de células anormales es lo que se busca al analizar la muestra tomada, un signo importante de alerta que nos puede indicar la presencia o inicio de una enfermedad. El virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones de transmisión sexual que pueden detectarse con este examen, pero no es el único problema que se puede diagnosticar.
Cáncer de cuello uterino
El cuello uterino se encuentra en la parte inferior del útero. Gracias a este examen se puede detectar de forma temprana el cáncer de cuello uterino. Precisamente, la principal causa de su aparición es la infección por VPH. No tiene una evolución rápida, pero se desarrolla durante años y puede comenzar por algún cambio en las células. Por ello, la citología permitiría detectarlo y tratarlo antes, favoreciendo el diagnóstico.
Cervicitis o inflamación del cuello del útero
La citología también puede detectar la inflamación de la cavidad, provocada por alguna ITS, por una reacción adversa a determinados productos de higiene femenina o incluso si se produce alguna lesión en la zona. Es importante tratarla, ya que si se deja para más tarde puede derivar en una infección mucho más delicada y difícil.
Heridas internas y/o lesiones precancerosas
Las lesiones precancerosas tienen muchos números de convertirse en un cáncer si no se diagnostican y tratan a tiempo. Este problema puede ser visible -en forma de herida-, pero la mayoría se detectan tras analizar la muestra, pues como te hemos contado son anomalías en las células.
Pueden detectarse tanto en la vagina como en el cuello uterino y son decisivas para reducir las posibilidades de padecer la enfermedad. El examen también puede ayudar a encontrar el porqué de una lesión en la piel como verrugas, manchas y hasta úlceras, además de indicar si se trata de una alteración maligna o benigna.
Infecciones de carácter vaginal
Las infecciones vaginales en mujeres son comunes. Están causadas por hongos, bacterias y virus y la mayoría se curan con medicamentos. Entre las más comunes se encuentra la candidiasis, provocada por un exceso del hongo Cándida presente en la vagina. Puede provocar irritación, picor e inflamación de la zona íntima. A nivel bacteriano, podemos hablar de la vaginosis bacteriana, una infección provocada por un sobrecrecimiento de bacterias en la vagina.
Infecciones de trasmisión sexual (ITS)
Los cambios que se puedan detectar en las células también pueden indicar la presencia de otras ITS más allá del VPH. Por ejemplo, podemos hablar de la clamidia, la gonorrea o la sífilis. A pesar de no ser la prueba óptima, con la muestra que toma el especialista se puede someter a la prueba de detección de ITS.
Debemos prestar especial atención cuando se mantienen relaciones sexuales sin protección o notamos cambios y molestias tras el acto, especialmente si no tenemos pareja estable.
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