La seducción es un arte
Errores a evitar si quieres gustar a alguien que te gusta
Sí, somos conscientes de que el titular suena a revista adolescente, ya que cuando somos adultos no solemos plantear nuestros fracasos sentimentales en estos términos. Sin embargo, en palabras del psicólogo Alberto Álamo, “nuestras consultas están llenas de personas que no saben cómo gestionar desengaños y fracasos amorosos”, en ocasiones sostenidos en el tiempo en forma de amores no correspondidos recurrentes.
Publicidad
¿Por qué no consigo mantener a mi lado a quien me gusta? ¿Qué hago mal, ya sea en el inicio de la relación como cuando se está consolidando? ¿De verdad no vale con el clásico “sé tú misma”? Pues no, nada más lejos, ya que en tiempos de globalización, apps y multioferta sentimental “a menudo ya no sabemos ni quiénes somos”, explica Álamo. Desde su experiencia como terapeuta nos ofrece algunos consejos básicos para un problema que nos empieza a preocupar desde la adolescencia y nunca deja de atormentarnos: gustar a quien nos gusta. ¿Hay fórmulas?
El efecto escaparate: ojo con tu imagen en las redes sociales Chico conoce chica, parece que hay feeling, consultas las redes sociales y te encuentras con el personaje virtual. “Es lo que conocemos como efecto escaparate, que consiste en mostrar lo que tienes sin mentir. Como ese personaje no se parezca en nada a ti, estás perdida”, explica Álamo, que sin estar en contra de la exposición a redes y apps sí que recomienda mucha cautela. “Es más habitual de lo que parece que las personas construyan un personaje en redes y apps con tanto peso que finalmente se acabe confundiendo con la persona real, lo que puede provocar auténticas crisis de identidad”, afirma. Piensa, pues, antes de alimentar tu personaje virtual, porque puede que acabe gustando a muchos hombres a quienes a la hora de la verdad no les gustará el real. O viceversa.
No seas tú mismo
Hay que tener cuidado con eso de ser nosotras mismas. “No se trata de engañar, sino de seducir desde la honestidad. No hace falta que ocultes quien eres, pero tal vez es más interesante mostrarlo poco a poco y de forma sutil”, explica Álamo, para quien la seducción no es más que un juego en que tenemos que enseñar una serie de cartas, aunque cómo y a qué ritmo las mostremos puede influir decisivamente sobre el desenlace.
Adiós a la tendencia a complacer
El “sí a todo”, esa tendencia irrefrenable a complacer al otro desde el primer momento, no suele funcionar en las relaciones sanas. “La vida es salsa, debate. Cuando alguien intenta complacernos constantemente lo que ocurre en muchos casos es que nos irrita, resulta agotador en muy poco tiempo”, explica Álamo, nada partidario de este comportamiento por parte de la mujer pero incluso menos por parte del hombre. “Habría que acabar con el concepto de caballerosidad entendida como que hay que cuidar a la mujer porque es más débil”, afirma, aunque alerta de que huyendo de este tipo de conductas caballerosas y machistas en ocasiones nos topamos con la otra cara de la moneda: el pasotismo, ese ligero maltrato de baja intensidad del que también conviene huir sin mirar atrás.
Cuidado con la desesperación
“Cuando hay alguien desesperado por encontrar pareja, siempre lo acaba mostrando de forma inconsciente, lo que puede acabar ahuyentando al otro”, dice el psicólogo. Y nadie dice que tengamos que ir por la vida ocultando nuestros deseos de tener pareja e incluso también familia, sino que debemos aprender a vivirlos de forma relajada sin convertirlos en una prioridad. Álamo es consciente de que no es fácil, pero insiste en que es importante aprender a basar nuestra felicidad en nosotros mismos, y que los deseos de tener pareja (o cualquier otra cosa, en realidad) no nos impidan relajarnos cuando conocemos a alguien.
Aprende a aceptar tu físico
Nada peor para gustar a alguien “que tener algún tipo de conflicto con nuestro cuerpo”, explica el psicólogo, para quien la tiranía de los cuerpos normativos está ahora más presente que nunca, pese a lo que pueda parecer. “Si tienes un físico no normativo y te cuesta aceptarlo siempre es recomendable pedir ayuda, ya sea en grupos de apoyo o mediante una terapia”, dice Álamo. Y tratar de conocer gente en lugares donde la imagen no sea el centro del universo, “y puedas mostrar otras cualidades, como la inteligencia o el sentido del humor”. Pero cuidado, porque según Álamo las personas que tienen un físico normativo también pueden tener muchos problemas no para ligar, sino para materializar esos encuentros. “Si ligas a destajo y no tienes claro cuál es el modelo que buscas, si una relación, amantes esporádicos o relaciones cortas sucesivas y tienes posibilidad de tenerlo todo a la vez, llega un momento en el que no sabes ni lo que quieres”, asegura. La inmediatez de las apps y las redes sociales hace que esta circunstancia se agrave y, paradójicamente, que poca gente acabe estando contenta con los resultados.
Publicidad