La sangre menstrual no fluye todo el rato
Esta es la verdad del sangrado libre o Free Bleeding
Notarlo caer, dejarlo fluir, respirar y que el flujo menstrual caiga entre tus piernas ¿te lo imaginas? Muchas veces cuando nos hablan del Free bleeding o sangrado libre automáticamente en nuestras mentes aparece una mujer manchada por su sangre menstrual.
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Nos imaginamos una especie de Carrie andando por la calle dejando un reguero de sangre y marcando todo allí donde va. Pero ¿y si te dijéramos que la realidad nada tiene que ver con esa imagen?
La menstruación está empezando a salir de nuestras bragas para dejar de ser un tabú y formar parte de las conversaciones cotidianas. Que las mujeres hablemos de nuestra menstruación alegremente y, por qué no con orgullo, no siempre sienta bien. Se nos juzga por lo que sentimos, cómo nos sentimos, cómo lo hacemos... Si eres valiente atrévete a decir que tú no usas nada para contenerla, sino que la dejas que fluya y observa las reacciones. Eso es lo que están haciendo muchas mujeres que, empoderadas a través de sus ciclos, se han atrevido a contar cómo se vive siendo una fluída menstrual.
“Fue de golpe”, nos cuenta Celia de @freetheregla, un perfil en Instagram en el que cuenta su experiencia diaria con sus ciclos menstruales y con el sangrado libre. “No conocía el tema, aunque llevaba tiempo observando mi menstruación y usaba la copa desde hacía seis años. Antes de salir para una escapada rural me bajó la regla y con la copa en el maletero del coche, decidí no ponerme nada durante el trayecto. Al llegar tuve que ir corriendo al baño pero vi que había aguantado muy bien. Retenía el sangrado pero sin saber exactamente cómo lo hacía. En ese momento no sabía que existía el sangrado libre como práctica, al principio pensaba que podría ser porque me acababa de bajar y tenía poca. A partir de ahí, empecé a investigar y experimentar con mi cuerpo, primero en casa y poco a poco fui atreviéndome a salir, hasta que tres meses después de esa primera experiencia dejé de combinarlo con la copa y desde entonces que se ha convertido en mi modo de vivir mi menstruación”.
Los miedos monstruantes
Tenemos miedo a ese juicio social y a sentirnos expuestas. Uno de los mayores temores que nos infunden es a mancharnos. Si normalmente nos da miedo que el flujo traspase la ropa, ¡imagináos si no llevamos nada!
“Debido al tabú menstrual a través del cual hemos recibido la mayor parte de nuestra (escasa) educación menstrual, la mayoría de las personas menstruantes hemos interiorizado que la sangre menstrual es sucia y que debemos evitar a toda costa que llegue hasta nuestra ropa o nuestras sábanas” afirma Mer de Revolución menstrual, un proyecto que pretende derribar el tabú a través del autonocimiento del ciclo menstrual. “Para gestionar este miedo tan común nos podemos preguntar a nosotras mismas: “¿qué es lo peor que podría pasar?”. Por ejemplo, si un poco de tu sangre menstrual llega a tus pantalones y algunas personas lo ven, ¿qué pasaría?, se enterarían que estás menstruando, ¿y?” añade.
“Al comienzo de la práctica del sangrado libre puede ser útil empezar a practicar en casa, en ambientes tranquilos donde ese miedo no aparezca con tanta fuerza para ir cogiendo confianza y cuando nos sintamos con ganas o preparadas empezar a practicar fuera de casa. Poco a poco y sin prisas. En este camino de aprendizaje también podemos acompañar la práctica con bragas menstruales absorbentes, salvaslip de tela o sentarte sobre una toalla o tela para empezar a hacerte con las sensaciones de tu cuerpo hasta que te vayas sintiendo segura de ti misma.
También hay personas que deciden dejar que la sangre fluya y que corra por sus pantalones, faldas o sábanas durante su menstruación, normalmente en casa. Si te apetece, esto puede ser un “experimento de choque” para hacerte amiga de estos miedos interiorizados” aconseja Mer.
Para Celia mancharse “en ningún momento ha sido un drama, si no más bien como cuando se tienen pérdidas con la copa. Los primeros meses de práctica, y los siguientes, han sido más un “descubrir” lo que mi cuerpo sabía hacer que un “tener que enseñarle” a hacerlo. Es decir, cada vez que me atrevía a hacer algo, a salir, a quedar con gente, a ir a la universidad, al trabajo o viajar en tren o en avión, veía que mi cuerpo respondía perfectamente.
Esto es lo que no sabes del Free bleeding
Como la educación menstruante brilla por su ausencia, no conocemos realmente cómo funciona. Nos sabemos la teoría y lo que vemos en cada ciclo, pero desconocemos datos importantes que nos podrían ayudar a sensar mejor.
- “La cantidad de sangre menstrual que expulsamos durante la fase menstrual no suele superar los 80 ml (en total en toda la fase). Esto equivale aproximadamente a una taza y media de café, de las pequeñas” aclara Mer.
- La sangre menstrual no fluye constantemente sino que hay periodos de tiempo en los que se produce la expulsión. Cada una debe aprender cada cuanto expulsa su útero.
- “Hay que tener en cuenta que si el útero te avisa y no vas a evacuar, puedes retener la sangre durante un tiempo pero seguramente va a llegar un momento en el que va a salir por su cuenta”, añade desde Revolución Menstrual.
- Sí, es posible y no es tan difícil como parece, pero “lo infalible es tener en forma el suelo pélvico”, dice Celia.
- Puede reducir el dolor menstrual. “Cuanto más fácil se lo pongamos a la sangre menstrual para salir, menos dolor sentiremos pues las contracciones de nuestro útero serán más efectivas y nuestro cuerpo no se tendrá que esforzar de más para conseguir su objetivo”, apunta Mer.
- Te ayuda a re-conectar con tu cuerpo. Es una manera de aprender cómo eres realmente.
Olvidarse de las presiones, empezar a escucharse y lanzarse a conocerse a una misma son las claves que dan estas dos mujeres nos dan para practicar con éxito el sangrado libre y no morir en el intento.
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