ESTÍMULO NEGATIVO
Si estás embarazada, no hagas esto a tu bebé
Si bien es inevitable que el feto esté expuesto a ruido cotidiano continuamente, se recomienda a las mujeres embarazadas evitar exposiciones prolongadas a ruidos excesivamente fuertes o repentinos.
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Igual que hay adultos a los que nos molestan los ruidos innecesarios y excesivos a nuestro alrededor, y siempre tratamos de movernos con el máximo de cuidado para no molestar y despertar a los más peques, también hay personas que deciden someter al bebé a melodías y sonidos poco recomendables. Con ello, quieren comprobar cuál es la reacción de su futuro hijo a este estímulo. "Si no se hace esto con un bebé que duerme tranquilamente en su cuna, ¿por qué hacerlo con un bebé dentro del útero?", apunta la ginecóloga obstetra Ana Rosa Lucena
En el vídeo, una embarazada ríe a carcajadas mientras ve y nota que su bebé se mueve enérgicamente en el interior del vientre, mientras reproduce una canción muy movida en su dispositivo y lo pega a la barriga. ¿Baila el bebé al son de la música? La respuesta es no. Así lo constata la doctora, experta que se ha grabado reaccionando a esta práctica poco saludable para el feto.
"Yo no me río", comenta. "El bebé está asustado con el sonido, se pone nervioso, se mueve, da patadas y no sabe lo que ocurre". Este acto, tan divertido para la madre, sería altamente molesto para el bebé. ¿Qué consecuencias puede acarrear?
¿Cómo afecta el ruido al feto?
El sistema auditivo de los bebés se empieza a desarrollar de forma temprana y es alrededor de la semana 20 cuando ya pueden percibir los sonidos, aunque atenuados por las diferentes capas que hay entre él y el exterior. Por ello, deberíamos evitar los ruidos muy altos durante todo el embarazo, sobre todo aquellos que superen los 85 decibelios.
Posibles problemas auditivos
Una de las principales consecuencias puede darse precisamente en el sistema de audición, pues es altamente sensible durante el proceso. Por ello, exponer al feto a ruidos extremadamente elevados puede llegar a impactar negativamente en su audición, un problema que seguirá presente al llegar al mundo y que puede ser difícil de tratar.
Respuestas negativas
Si tratamos de generar vínculos positivos con el niño mediante melodías tranquilas que le calmen, podrá generar conexiones emocionales beneficiosas y estas sintonías lo pueden incluso calmar una vez fuera de la barriga. Contrariamente, los ruidos fuertes prolongados que perturben su actividad y los incomoden, solo generarán respuestas negativas, como las patadas y movimientos bruscos que aparecen en el vídeo.
Alteración del sueño
Mientras los bebés se encuentran en el interior de la tripa, la mayor parte del tiempo lo dedican al sueño. Por ese motivo, los ruidos intensos y repentinos pueden despertarlo, perturbando la rutina del sueño que ha establecido en el útero. Les puede ser difícil volver a conciliar el sueño, alterando por completo el ciclo, además de acabar afectando al desarrollo neurológico por ese mal descanso.
Estrés fetal y afectación sobre el desarrollo
Igual que nos afectan emocionalmente los ruidos intensos y continuados de una obra, los estímulos auditivos graves pueden agobiar y estresar el feto. Esto se denomina estrés fetal y es algo que afectará sobre todo a su desarrollo. Si el niño no está bien, su situación clínica puede complicar el embarazo o incluso puede llevarlo a sufrir problemas cardíacos, por ejemplo.
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