NI TE LO IMAGINAS

Este es el motivo por el que debes de lavar las fundas de almohada semanalmente

¿Cada cuánto lavas la ropa del hogar? Las toallas, las sábanas, los trapos de cocina… a veces están más tiempo del estrictamente necesario en uso. En este artículo te explicamos cuál es el motivo por el que debes lavas las fundas de almohada una vez por semana.

Mujer recostada sobre un par de almohadas

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Puede que te levantes por la mañana y veas que en tu almohada hay restos de maquillaje, fragmentos de cabellos o incluso un cerco amarillento de origen desconocido y te plantees: "¿Esto es normal?" Es de lo más habitual, no te sientas un bicho raro.

Cuando identifiques estos restos plantéate, "¿cuánto tiempo hace que no lavo la funda de la almohada?" Ya no hablamos de la funda del cojín, ese que tiene el mismo diseño que el juego de sábanas o nórdico que luce tu cama, sino en la funda -que suele cerrar con cremallera -que viste cualquier almohada tradicional.

Si dentro de tus rutinas semanales de limpieza no incluye poner en la lavadora esta funda, este artículo te va a ayudar a cambiar de opinión: hay motivos higiénicos de peso que seguro que desconoces.

Residuos de la funda de almohada: ácaros, babas, cerumen, caspa o sudor

Somos conscientes de que nuestro organismo tiene un mecanismo de regeneración celular y nuestra piel y nuestro cabello, por ejemplo, tiene su propio sistema de caída y renovación.

No es de extrañar, entonces, que por la noche dejemos sobre la almohada las células muertas de nuestro rostro o de nuestro cuero cabelludo y algún que otro cabello.

Si utilizamos productos cosméticos, como lociones capilares, sérums faciales o cremas hidratantes, un porcentaje de ellos se quedan impregnados en nuestras fundas de cojines, almohadas y sábanas.

Otro de los residuos que puede dejar nuestro cuerpo son partículas de saliva. "He dormido tan bien que se me ha caído la baba", ¿Te resulta familiar esta expresión?

Pero hay otros elementos orgánicos que pueden habitar en nuestro cojín, como restos de cerumen de nuestros oídos o residuos de las mucosas nasales.

Todo un hábitat puede residir en nuestras almohadas y todo esto sin tener en cuenta los minúsculos ácaros del polvo que están en todas partes, también en nuestra ropa de cama.

El olfato, el sentido imbatible

A simple golpe de vista es más que probable que no puedas identificar todo lo que se esconde detrás de la funda de tu almohada. Si quieres estar 100% segura de que tu almohada está verdaderamente limpia, no te fíes de tu vista.

Desenfunda tu almohada y acércatela a la nariz, si no huele a limpio, no estará limpia, efectivamente. La mayoría de residuos son invisibles y pasan desapercibidos por el ojo humano; sin embargo, no por la nariz. El sentido del olfato es nuestro mejor aliado.

El interior de la almohada bien limpio

Para llevar a cabo una buena limpieza de la almohada es importante lavar de vez en cuando el interior del cojín sobre el cual apoyamos nuestra cabeza para que quede limpio, ventilado y ahuecado.

Para hacerlo de forma correcta se debe identificar el tipo de material del que están hechas -espuma, látex, viscoelástica, plumas e incluso algodón- todos los tejidos acumulan residuos y cada uno de ellos requiere un enfoque de lavado diferente.

En general, se recomienda lavar las almohadas en agua caliente y utilizar un detergente líquido. Además, si quieres desinfectarlo te aconsejamos que introduzcas en el tambor una taza de bicarbonato de sodio y en el espacio destinado al suavizante un buen chorro de vinagre blanco.

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