ALIMENTACIÓN
Hambre nerviosa: cómo controlar los atracones de comida basura
Si no puedes controlar el ansia de buscar algo de comer a cualquier hora del día, aquí tienes cinco consejos para manejar los próximos ataques de hambre.
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Se llama ‘hambre nerviosa’ a esa búsqueda insaciable de algo de comer a cualquier hora que, más allá de saciar el apetito, en realidad consuela (al menos durante un rato) una necesidad emocional.
Cuando sufrimos un ataque de hambre nerviosa solemos ir en busca de algo rico en calorías y especialmente agradable. Lo que llamamos comúnmente comida basura, que puede ser dulce o salada, o ambas a la vez, pues en esos momentos lo único que importa es que sea algo fácil, rápido y rico que nos sacie el vacío.
El problema es que, a veces, ese vacío es en realidad emocional. El hambre nerviosa está asociada a esas emociones que somos incapaces de controlar. Detrás de esos bocados ansiosos suele haber rabia, aburrimiento, anhelo, una carencia de amor, de cariño, o una necesidad de cambio de vida.
Por esta razón, para acallar estos ataques de hambre descontrolada, la mejor manera es intentar comprender qué es lo que los desencadena y actuar en consecuencia. Te explicamos cómo hacerlo.
5 trucos para combatir el hambre nerviosa
1. Identifica la fuente del estrés. Para manejar mejor el hambre nerviosa, primero debes comprender qué la desencadena. Llegar a la fuente del estrés y la incomodidad que estás experimentando te ayudará a sentir que tienes el control de la situación. Y, en ese momento, actuar tanto sobre el hecho en sí como sobre lo que sientes.
2. No tengas comida basura en casa. Las calorías son malas, así que sólo por eso deberías eliminarlas de la dieta o, al menos, controlar las cantidades. Complacer pequeños placeres no es malo, pero los atracones sí. Si tienes dificultades para controlar esos momentos, empieza por no comprar comida basura y acude a un profesional para que te ayude a llegar al fondo del asunto.
3. Di sí a los snacks saludables. Los descansos de media mañana y media tarde ayudan a aliviar la sensación de hambre y a comer menos en las siguientes comidas. Para favorecer la sensación de saciedad, lleva siempre contigo un snack a base de frutos secos naturales (mejor sin sal) como nueces, almendras, pistachos, semillas de calabaza, o de lino… Además de aportar mucha fibra y grasas buenas a tu dieta, son muy saciantes y te ayudarán a controlar el hambre nerviosa.
4. Procura dormir más y mejor. El descanso es fundamental para controlar la sensación de hambre. Muchos estudios han demostrado que las personas que duermen mal son los que peor han comido durante el día.
5. Encuentra alternativas a la comida que te resulten satisfactorias. Si el hambre nerviosa te asalta con frecuencia y piensas que el problema podría estarse descontrolando, prueba a reemplazar la necesidad de lanzarte comer sin control con cualquier otra cosa que te dé placer: un baño caliente, un libro que te guste, un café con un amigo... Intenta recurrir al deporte o al menos dedica un rato al día a salir a caminar y dejar que el ritmo de tus pasos te ayude a lidiar con el estrés que te provocó esa sensación de vacío sin tener que ‘pedir ayuda’ a la comida.
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