EDUCACIÓN Y FAMILIAS
¿Tu hijo odia ir al cole o al instituto? No es falta de motivación, es otra cosa
A muchos niños, niñas y adolescentes no les gusta nada ir al colegio o al instituto. Como asesora educativa familiar he atendido muchos casos en los que el rechazo no viene por una dificultad de aprendizaje, sino por cómo se sienten en el aula. Te lo cuento todo en este artículo.

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Cuando un hijo te dice que odia al colegio, algo dentro de ti se activa. Y no es solo preocupación, quizá también sea frustración, enfado, miedo… incluso culpa. Muchas veces nos sale aquello de "pues es lo que hay y tienes que ir aunque no te guste". Y otras, en las que estamos más comprensivas a escuchar queremos saber qué pasa pero sin saber muy bien qué responder...
Yo lo sé. Acompaño a familias todos los días y este tema aparece más de lo que imaginas. Y no, no siempre tiene que ver con flojera o falta de motivación. Hay otras razones más profundas que vale la pena que analicemos un poco.
¿Por qué mi hijo no quiere ir al cole?
No es el colegio en sí… es cómo se siente ahí. Muchos niños y adolescentes no están peleados con el aprendizaje. Están peleados con cómo se sienten dentro de la clase, del aula. Con la presión. Con el ruido constante. Con sentirse invisibles o, peor aún, señalados.
Y cuando eso se repite cada día, empiezan a asociar colegio con malestar emocional. Les da ansiedad, se saturan, se cierran. Y entonces aparece el odio o rechazo como una forma de protegerse.

Preguntas para hacer a tus hijos al salir del colegio
Como papás y mamás, necesitamos hacer más preguntas sobre cómo se sienten y no sobre qué han hecho. Son ideales las preguntas de este tipo:
- ¿Qué es lo que más te pesa de ir a la escuela?
- ¿Hay alguien o algo que te hace sentir incómodo allá?
- ¿Cómo te sientes cuando es la hora del recreo?
- ¿En qué momento de sientes mejor?
Sin presión. Sin querer resolver todo en una sola charla. Solo con disposición genuina a escuchar.
El sentimiento de culpa de los padres y la madres
No lo tomemos personal (aunque a veces duela). Es fácil pensar: "Algo estoy haciendo mal si mi hijo no quiere ir a la escuela". Pero no siempre es así.
No eres tú contra tu hijo. Tampoco es él contra ti… es él tratando de entender un sistema que muchas veces no se adapta a su forma de ver el mundo, de aprender, de sentir.
Y lo que más ayuda no es que intentes convencerlo de que la escuela es importante, sino que le hagas saber que estás ahí, aunque no tenga ganas de hablar.
A veces basta con decirle: "No te tiene que gustar ir al colegio, pero quiero ayudarte a que al menos no sufras tanto". Ese tipo de frases abren más puertas que un sermón no.

Tu hijo no necesita motivación, necesita comprensión
Más que motivar, acompañemos sin juicio. Muchos papás me dicen: "Es que quiero motivarlo, pero no sé cómo".
Y la verdad es que la motivación no siempre viene de una charla inspiradora. A veces viene de sentirse comprendido. De tener una red de apoyo fuera de la escuela. De hacerle saber que vale por lo que es, no por su promedio.
No siempre hay una solución inmediata. Pero sí hay pasos pequeños que podemos hacer como papás, que marcan una diferencia importante:
- Permitirle hablar sin interrumpir.
- Hacerle ver que no está solo en lo que siente.
- Y recordarle que lo amas aunque no esté cumpliendo las expectativas escolares.
Recordemos que estamos acompañando a un ser humano que a veces se cansa, se frustra o se desconecta… y que necesita sentir que su valor no depende de una calificación ni de su actitud cada mañana.
Si tu hijo odia ir al cole, no lo empujes más fuerte, no se lo recuerdes constantemente. Porque a veces, cuando cambia nuestra manera de estar presentes, y de transmitir los mensajes, también cambia su forma de responder en los días difíciles. Y esto, también es educación, y de la más importante.
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