¿Por qué somos infieles?
Hombres y mujeres, ¿son infieles por los mismos motivos?
Todo el mundo puede cometer una infidelidad. Aunque se quiera mucho a la pareja, las relaciones a largo plazo atraviesan por muchas etapas, lo mismo que las personas, y por eso pueden surgir situaciones inesperadas que nos hagan hacer algo que quizás nunca habríamos pensado que haríamos. La cuestión es, ¿todo el mundo suele ser infiel por los mismos motivos?
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Y lo que casi todo el mundo se pregunta, ¿hombres y mujeres tienen las mismas razones para ser infieles? Ante esta tesitura, el portal de encuentros extramaritales Gleeden realizó una encuesta entre sus propios usuarios para saber qué les había llevado a buscar (y no encontrar por casualidad) una aventura.
Las respuestas, de hecho, rompieron algunos falsos mitos. Por ejemplo, el principal motivo para ser infieles en el caso de los hombres era de hecho la búsqueda de amor en un 26%, seguido de la búsqueda de atención (ese argumento que supuestamente es tan femenino) en un 19%. Igualmente, destacaba el aburrimiento en la pareja, con un 16% y la búsqueda de emociones fuertes en un 10%. La respuesta “solo por sexo”, la dieron el 9% de los encuestados.
Por otra parte, en el caso femenino, la mayoría de las mujeres no buscaba amor, sino “la necesidad de sentirse queridas”, una respuesta que dieron en el 42% de los casos. Coinciden con los hombres en buscar una aventura a causa del aburrimiento en la pareja, en el 24% de los casos. Sin embargo, ellas buscan más que ellos aventuras solo por sexo, ya que dieron esta respuesta el 17% de las mujeres encuestadas.
Una perspectiva sexológica
Dando un poco de profundidad a estas cifras, cabe preguntarse si debemos seguir viendo la infidelidad como consecuencia de un problema de pareja. A este respecto, la sexóloga Norma Bejarano explica que habitualmente se tiende a ver “la infidelidad como un síntoma”. Sin embargo, la realidad es que “Hay que entender la infidelidad como uno de tantos fenómenos de nuestra condición humana, unas veces por asuntos personales no resueltos, otras veces por causas reales de vivir en pareja y otras, porque la infidelidad es natural”.
Respecto a los diferentes motivos que hombres y mujeres parecen tener para ser infieles, Bejarano añade que “la infidelidad no se debe a una única causa”. De esta forma, aunque la pareja vaya bien, hay que tener en cuenta que “al deseo no lo castra el amor” y que “deseamos lo que no tenemos”.
De esta forma según la sexóloga, “Todos somos potencialmente infieles, solo que algunos lo hacen y otros razonan el asunto”.
Donde realmente se dan las diferencias es en los motivos que alegamos, bien sea a nosotros mismos o a la pareja, para cometer esa infidelidad. Así, lo que Bejarano observa en su consulta es que “el/ o la que comete una infidelidad siempre justifica sus actos, sabe que es consciente y crea disociaciones cognitivas para lidiar con ello”. En este sentido, la mayoría de las justificaciones son en torno a la convivencia o a la relación de pareja. “Entre las más comunes está la falta de gratificación, de innovación, cuidados, compromiso, descuido por parte de la pareja a nivel físico y emocional, rutinas, cansancio, disminución de los encuentros sexuales, venganza, etc.”
Ahondado más en la infidelidad femenina, Bejarano aporta que en su consulta observa que “las infidelidades de ellas, así sean mujeres independientes, seguras o fuertes, van por vínculos más erotizados, más afectivos, pasionales, con más abrazos, más caricias, palabras que elogien, motiven y entusiasmen”. En el caso de ellos, buscan “la aventura, lo nuevo, la fantasía, pero también lo afectivo: besos, caricias generosas, comprensión y comunicación”.
Por último, la experta concluye que básicamente “tanto mujeres y hombres desean recuperar parte del ser que creen se ha perdido en la relación: sentirse vigentes, deseados, atractivos”.
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