Ictus en pacientes jóvenes: detección, causas y prevención

El ictus que ha padecido Kiko Rivera, según la revista Lecturas, ha centrado la atención mediática de la prensa del corazón. Lo cierto es que los problemas de salud del DJ no son algo que sorprenda. Se sabe que, a sus 38 años de edad, Kiko Rivera ya ha pasado por quirófano y que padece gota y diabetes crónica.

Pero lo que ha sorprendido está vez es que sea un ictus el responsable de poner en riesgo la salud del DJ. Según los datos que maneja la Federación Española del Ictus, esta enfermedad es más frecuente a partir de los 55 años y su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad. Entonces, ¿en qué frecuencia se puede dar en personas tan jóvenes como Kiko Rivera? ¿Cuáles son sus causas y características? Lo analizamos.

¿Qué es un ictus?

El ictus, también conocido como infarto cerebral o embolia, es un accidente cerebrovascular. Este se produce cuando hay una alteración en la circulación del cerebro, en la cual se ocasiona una rotura u obstrucción en un vaso sanguíneo, reduciendo el flujo de sangre que llega al cerebro. Esto provoca un déficit transitorio o definitivo del funcionamiento de una o varias áreas del encéfalo.

En términos generales, este fenómeno lo padecen personas de edad avanzada, pero en realidad, el ictus en jóvenes también es una realidad frecuente. En función del tipo de lesión, el ictus se clasifica en dos tipos: el isquémico (si es falta de riego sanguíneo ocasionado por un coágulo) y el hemorrágico (cuando está producido por la rotura de un vaso sanguíneo). La Sociedad Española de Neurología (SEN) señala que el isquémico es el más común y se produce en un 50% de los pacientes menores de 45 años.

Particularidades de los ictus en jóvenes

Normalmente, se suele relacionar la edad del paciente con la recuperación del ictus. Es decir, cuanto más joven sea, más favorable será la recuperación. Pero esto no se cumple siempre; según el SEN, el 50% de los pacientes padecen secuelas o fallecen.

Causas del ictus en personas jóvenes

Aunque las embolias en pacientes jóvenes son una realidad, no deberían ocurrir. La Sociedad Española de Neurocirugía (SENEC) apunta que, en los últimos años, una de las causas que ha hecho subir los casos en pacientes menores de 50 años ha sido el coronavirus.

Por lo tanto, el COVID puede ser uno de los causantes de los accidentes cerebrovasculares, pero también existen otros, especialmente, los hábitos no saludables. Como, por ejemplo, el consumo excesivo de alcohol y drogas, el tabaquismo, la mala alimentación y la obesidad, la diabetes o el estrés. Reunir varios de estos factores a la vez incrementa más el riesgo en pacientes jóvenes de padecer un ictus.

¿Cómo detectar un ictus?

El primer síntoma es la detección de una pérdida repentina de movilidad o sensibilidad en alguna zona de la cara o en las extremidades. Dentro de este cuadro, también se puede dar pérdida de la capacidad del habla, sensación de vértigo, dolor de cabeza o pérdida de visión. Lo que sí hay cierto en relación con los ictus es que, cuanto más rápida sea la detección y la actuación médica, más posibilidades de un buen pronóstico.

¿Cómo prevenir un ictus?

Los datos del SEN señalan que los ictus se pueden evitar en un 90% de los casos, un porcentaje muy optimista. La clave para prevenir las embolias pasa, sobre todo, por mantener unos hábitos de vida saludables: abandonar el tabaco, mantener un consumo moderado de alcohol y evitar otras sustancias, realizar actividad física y seguir una dieta equilibrada.

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