EJERCICIO
Increíble pero cierto: Hacer deporte reduce la sensación de cansancio
Duermes más que nunca, has dado un respiro a la actividad física y has bajado el ritmo de trabajo, pero… Sientes más cansancio que antes. Es habitual y te explicamos por qué.
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Seguro que lo has vivido: Llevas un tiempo con más sensación de relax y con menos actividad, y sin embargo sientes más cansancio y con menos energía para hacer cualquier actividad.
Ocurre con frecuencia y tiene una explicación: El cuerpo busca ser lo más eficiente posible y ahorrar energía.
Si nos remontamos a nuestros antepasados, a una época de escasez de alimentos, sobrevivir requería ahorrar la máxima energía posible. Más aún si conseguir algo para comer dependía de cazar o realizar labores físicas. El cuerpo entraba en un "modo ahorro", que ralentizaba el metabolismo para usar esa energía cuando realmente el cuerpo la necesitara.
En la sociedad moderna, esta ventaja biológica se convierte en un hándicap. Si no nos obligamos a movernos, nuestro día a día será mucho más sedentario. Cuando no realizamos una actividad física que nos mantenga activos, el cuerpo restablece la señal de ahorrar. En ese momento, el metabolismo se vuelve más lento, lo que nos hace sentir mucho más cansados y con muchas menos ganas de movernos.
Cómo combatir el cansancio
La forma de romper la sensación de cansancio es precisamente empezar a movernos. Para ello, es imprescindible tener en cuenta el principio de supercompensación. Este principio nos obliga a ajustar la cantidad de entrenamiento y descanso que se realiza con el objetivo de mejorar la forma física.
Cuando entrenamos, podemos encontrarnos con 3 situaciones:
1. Entrenar por debajo de lo necesario o no entrenar: No hay mejoría. El cuerpo se acomoda y te invita a no moverte (por aquello de que por si acaso te toca salir a cazar y te encuentras sin energía suficiente). Este es uno de los principales motivos por los que el cuerpo acumula grasa.
2. Entrenar más de la cuenta: Hay mejoría inicial, pero el cuerpo no recupera lo suficiente, lo que conlleva un sobreentrenamiento. Este trabajo por encima de nuestra necesidad terminará obligándonos a parar durante varias semanas para recuperar el estado habitual. De lo contrario, el riesgo de lesión empezará a crecer. Tanto el punto 1 como el punto 2 son poco recomendables.
3. Entrenar tanto como necesitas: Es la situación ideal. El cuerpo recibe el estímulo que necesita y una recuperación adecuada permite mejorar la forma física. Esta mejora provoca que, en los siguientes entrenamientos, el punto de partida sea mayor porque la forma física ha aumentado.
¿Por qué hacer deporte reduce la sensación de cansancio?
Cuando entrenamos, es evidente que nos cansamos y fatigamos porque sometemos al cuerpo a un estímulo con el que queremos conseguir mejoras. Pero gracias al principio de supercomensación, la forma física va mejorando, de modo cualquier actividad conlleva menos esfuerzo que en épocas previas. Además, al obligar al metabolismo a estar activo, no le sometemos al bucle de ahorrar la máxima energía posible.
Esto no significa que debamos pasar de cero movimiento a entrenar cinco días a la semana. Además de las famosas agujetas, nos arriesgaríamos a sufrir una lesión o a llegar al extremo del sobreentrenamiento.
Lo recomendable es hacerlo de forma progresiva para que el cuerpo se vaya adaptando a la nueva actividad.
Además, es necesario ajustar la recuperación y evitar que el descanso se alargue. De lo contrario, podríamos disminuir nuestra forma física.
Cuándo es preferible no entrenar
Descansar es necesario y el sueño es fundamental para una recuperación y descanso adecuado. De hecho, entrenar en las dos horas previas a irse a dormir no es la mejor recomendación.
Esto es debido a que el cuerpo se activa y, tras el entrenamiento, necesita un tiempo prudencial para recuperar su estado de reposo.
Incluso si tienes la suerte de dormirte aún entrenando tarde, el descanso no es igual de profundo y efectivo que si se entrena un tiempo antes.
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