SER MADRE
Marta Riumbau muestra su tratamiento de vitrificación: Así es su día a día con las inyecciones
La influencer Marta Riumbau ha mostrado a sus seguidores cómo se lleva a cabo el proceso de vitrificación de óvulos. La influencer tiene endometriosis y una baja reserva ovárica y quiere dar visibilidad a su situación para ayudar a otras mujeres que tengan problemas para ser madres.
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Este mes de marzo, Marta Riumbau ha retomado el tratamiento de vitrificación de óvulos que comenzó en junio de 2022. Y, de nuevo, está compartiendo su proceso con sus 662 mil seguidores, ya que cree que es importante dar visibilidad a casos como el suyo para ayudar a otras mujeres que también tienen problemas para ser madres.
En una serie de historias en Instagram, Marta ha mostrado cómo prepara las inyecciones en casa. Coge una especie de "lápiz", le añade uno de los cartuchos, clava la aguja, comprueba que sale líquido, regula la dosis y ya está lista para usar. Luego, le pide a su pareja, Diego Matamoros, que se lo inyecte en la barriga, ya que ella asegura que no puede autoinfligirse dolor.
Este lo tendrá que hacer cada día y, aproximadamente, cada tres, le harán una ecografía para ver cómo evolucionan sus óvulos. Cuando estén listos, le harán la extracción. Tras este proceso, Marta sumará algunos óvulos más a los cuatro que ya pudo congelar el año pasado.
Si el número de óvulos no es suficiente, tendrá que repetir el proceso una tercera vez, pues se necesitan entre 10 y 12 óvulos para poder "intentarlo una vez", explicó Riumbau.
¿Por qué decidió congelar óvulos?
En un Reels que publicó tras la primera extracción de óvulos, Marta explicó detalladamente su caso. Todo comenzó hace unos 3 años, cuando la creadora de contenido fue a una revisión ginecológica y le dijeron que tenía endometriosis.
Antes de recibir esta noticia, la influencer de Barcelona ya había pensado en la vitrificación de óvulos, pero en esta ocasión el doctor tuvo una "falta de empatía" que hizo que "aparcara el tema". Asegura que salió llorando de esa visita.
Al cabo de unos meses, la idea de la vitrificación seguía rondando por su cabeza y fue a otra clínica que le recomendaron a preguntar. De ahí salió más contenta, aunque las noticias que le dieron fueron aún peores. Le hicieron una ecografía en la que descubrieron que su reserva ovárica era "muy muy baja" para su edad, pero le dijeron que no se preocupara, pues era una primera ecografía.
Por eso, le hicieron también la prueba de la hormona antimülleriana (AMH), que permite saber cuál es la reserva ovárica real. Pero los resultados fueron los mismos: le salió un 0.13, cuando, para ser madre de forma natural, esta cifra debe estar por encima del 1. Por lo que, debía comenzar cuanto antes el tratamiento de vitrificación.
"Yo siempre he querido ser mamá. Desde pequeñita que decía que iba a tener 4 hijos y todos seguidos", cuenta con tristeza Riumbau en el Reel.
El síndrome de X frágil
Y por si este terrible jarro de agua fría no fuera suficiente, los especialistas le recomendaron hacerse una analítica para comprobar su cariotipo y también para saber si padecía el síndrome de X frágil. Un "síndrome se transmite de generación en generación", que "en las mujeres lo que hace es que cada vez cueste más tener hijos y en los hombres, Síndrome de Down".
Por suerte, todos los resultados salieron bien, por lo que Marta pudo seguir con el proceso sin más preocupaciones. Todo iba bien, tenía 5 óvulos en un ovario y en el otro ninguno a causa de la endometriosis.
El proceso duró unas 3 semanas en total. Finalizó con la extracción de 6 óvulos, de los cuales 4 estaban maduros para poder ser congelados. Sobre este final de tratamiento, Marta explica que no sientes nada, ya que te sedan. "Te hacen una ecografía y de ahí sale una aguja que hace la extracción", describe el procedimiento. Ese mismo día se pudo ir a casa y de efectos secundarios solo tuvo leves sangrados a causa de la punción y dolor como menstrual.
El apoyo, muy importante
Marta Riumbau lo pasó realmente mal al asimilar que su sueño de ser Madre no sería tan fácil de conseguir como pensaba. Pero poco a poco, gracias al apoyo de Diego y de sus amigas, comenzó a tomárselo con "mucha filosofía".
Por eso, recuerda que muchas mujeres pasan por esto y que no está bien preguntar "para cuándo el bebé" o decir que "se te pasa el arroz", pues lo único que se consigue es meter el dedo en la llaga.
Además, Marta recomienda a sus seguidoras que vayan una vez al año al ginecólogo a hacerse una revisión, pues ella cometió el error de no ir en mucho tiempo y eso hizo que tardara más tiempo en descubrir que tenía estos problemas y en comenzar con el tratamiento.
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