Crisis del coronavirus
Mascarilla y guantes: guía para usarlos correctamente
El confinamiento va a terminar, no sabemos cuándo, pero va a terminar. La “reentrada” a la vida “normal” va a ser de lo menos normal que nos vamos a encontrar. Las medidas seguirán siendo estrictas y en ningún momento podremos olvidar que la mejor prevención es quedarnos en casa.
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Pero lo entiendo, hay que ir poco a poco recuperando actuaciones como la de ir al trabajo, el transporte público o acudir a centros comerciales o de hostelería.
Cuando la primera medida de prevención se elimina, debemos continuar con las siguientes siempre teniendo en cuenta que podemos ser portadores del virus y no presentar síntomas. Estas medidas son:
- Distancia de seguridad de, al menos, metro y medio entre una persona y otra.
- Procurar no hablar (el virus puede estar en nuestra garganta y esparcirlo al hablar.
- No tocarnos la cara, el contagio se produce a través de mucosas, si tocamos boca o nariz y ponemos la mano en una superficie que otro toca, estamos contagiando.
- Lavarnos las manos siempre después de tocar la cara o superficies, si no hay, utilicemos gel hidroalcohólico.
- Por último, como una medida más, se plantea el uso de mascarillas (en cuanto a la necesidad del uso de guantes hablaremos más adelante).
No hay mascarillas, de momento, para todos así que la creación de mascarillas caseras está siendo una práctica habitual. ¿cuál es el mejor material?
Pues sinceramente, el objetivo es no contagiar porque ni las quirúrgicas ni las de tela tienen el fin ni los mecanismos para que no nos contagiemos. Veremos muchas imágenes de si es mejor un trapo de cocina, una bayeta, ropa interior (hemos escrito sobre este asunto aquí)… la diferencia entre un 60% o un 75% no es tan importante como usarlas correctamente y siguiendo las medidas de precaución previas así que, hacedlas con lo que queráis, no es un asunto crítico.
Las mascarillas que evitan el contagio son las FFP2 y FFP3 que deberían estar asignadas exclusivamente a sanitarios en momentos concretos. Además, si tienen válvula de respiración, no evitarán el contagio y tendrán que llevar una mascarilla quirúrgica además de la FFP2.
No podemos olvidar que es fundamental que todas nuestras actuaciones sean para evitar contagiar nosotros, el miedo a contagiarnos es lógico, pero si todos tomamos medias para no contagiar, será más sencillo (porque depende de nosotros) y eficaz.
Las mascarillas son una medida más si las usamos correctamente porque, pese a que parecen sencillas de utilizar, la mayoría de movimientos involuntarios las convierten en un potencial riesgo. Por eso vamos a dar unas claves para disminuirlo. Además de estas claves, necesitamos práctica y responsabilidad.
Para ponernos correctamente una mascarilla debemos:
1. Recogernos el pelo. El pelo puede ir hacia la cara, tocará la mascarilla y nos lo apartamos con la mano. Error.
2. Lavarnos las manos antes de colocarla.
3. Confirmar el lado correcto de ponerla. Un lado no evita el contagio y el otro que contagiemos. Eso es un bulo. Las mascarillas funcionan cuando se colocan del lado indicado (depende de cada una pero lo habitual es: color blanco hacia dentro).
4. Colocar la mascarilla cubriendo boca y nariz ajustada a la barbilla y sin dejar huecos abiertos en los laterales.
5. No volver a tocar el centro de la mascarilla durante el tiempo en el que la estamos utilizando. Si por algún motivo tenemos que volver a ajustarla, hay que lavar las manos antes y después.
6. Para quitarla debemos hacerlo desde la parte más alejada de la cara, desde las gomas, y desecharla en una bolsa sin tocar el centro.
¿Y en el caso de mascarillas caseras? Las vamos a reutilizar así que se quitan desde las gomas igual, y se dejan en una bolsa hasta que las podamos desinfectar.
¿Cómo desinfectamos una mascarilla casera?
Lo más seguro y efectivo es ponerlas en la lavadora. Con los tensioactivos del jabón y las altas temperaturas inactivaremos al coronavirus. Después se pueden planchar con calor. Prácticas como ponerlas en el horno o microondas no están validadas (y no lo hagáis con las quirúrgicas o FFP, que se pueden desmoldear y luego no ajustan) y tampoco pulverizar con lejía o alcohol porque, dependiendo del material, no podremos garantizar que se haya llegado a todas las zonas de la mascarilla (y después tenemos que ponérnoslas inhalando la lejía…).
¿Qué NO se debe hacer con las mascarillas?
-Tocarnos la cara
-Bajarlas para hablar
-No cubrir la nariz
-Bajarlas al cuello o subirlas al pelo
Desde que empezamos a ponerlas hasta que terminamos, no se deben manipular.
¿Y los guantes?
Los guantes también se usan para evitar contagiar así que los debemos utilizar en momentos puntuales. En ningún caso nos podemos tocar la cara con ellos.
Si utilizamos los guantes desde que salimos de casa hasta que llegamos, por ejemplo, al supermercado, se habrán convertido de nuevo en nuestras manos sucias.
Si queréis llevar guantes al súper, vale, pero se deberían poner exclusivamente en el momento en el que cogemos el carrito o la cesta y quitarlos a la salida del supermercado y, por supuesto, es imprescindible poner otros para manipular el producto fresco.
Para quitarlos: debemos pinzar en el centro de un guante con el otro y sacar la mano mientras dejamos el guante que hemos quitado en la mano que aún lo tiene. Después hay que retirar el guante que queda con un dedo desde el interior de la muñeca y tirar hacia fuera dejando los dos guantes metidos en uno.
Es fundamental no tocar la parte exterior de los guantes en ningún momento. Posteriormente, nos lavaremos las manos. Si nos lavamos frecuentemente las manos y no nos tocamos la cara, valorad la necesidad del uso de guantes permanentemente o si es mejor utilizarlos en momentos puntuales.
Las medidas de precaución deben utilizarse correctamente para que sean eficaces, aquí hemos dado muchas claves así que ya tenéis la información, en vuestra mano (lejos de la cara) está la decisión.
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