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Mascotas: Así les afecta el frío invierno

No todas las mascotas tienen la misma capacidad de protección ante el frío y es importante saber cómo actuar, en función del tipo de casa en la que habitan.

Mascotas: Así les afecta el frío invierno

Mascotas: Así les afecta el frío inviernoiStock

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Dentro del mundo animal tenemos privilegiados que duermen sobre el radiador y robustos guardianes que se enroscan en su caseta mientras llueve toda la noche. Para todos los que tienen que enfrentarse al mundo exterior, vamos a comentar unos cuidados básicos para evitar problemas por las bajas temperaturas.

Vida de campo

Los perros que viven en el jardín, corriendo por la finca y en contacto con la naturaleza son, sin duda, mucho más robustos y adaptados al medio que los rodea que sus compañeros de ciudad.

El hecho de estar constantemente en el exterior les hace tener un pelaje de invierno más abundante que les ayuda a mantener su calor corporal más eficientemente. Lógicamente todo tiene un límite y, sin duda, necesitan un refugio donde guarecerse en los días de lluvia o frío intenso.

El principal riesgo en estos casos es la bebida. El introducir agua dentro del cuerpo a temperaturas próximas a 0ºC puede provocar un choque térmico intenso en el aparato digestivo del animal y producir un espasmo visceral que termine en la temida torsión de estómago. Es muy importante asegurarse que el agua de bebida está protegida de las heladas y accesible en todo momento al animal.

Otro dato importante es el tipo de comida, ya que ante olas de frío intensas o condiciones extremas es recomendable facilitar una alimentación más proteica y grasa a los perros de fincas ya que el desgaste de su organismo es muy superior al habitual.

Independientemente de la raza o el peso, todo ser vivo necesita un periodo de adaptación a estas condiciones de vida. En el caso de los cachorros, el riesgo es mayor ya que no disponen de las reservas energéticas suficientes para poder afrontar temperaturas bajo cero continuadas.

Si queremos que conserven su temperatura corporal de manera más eficiente, debemos proporcionarles una cama que les aísle del suelo y una caseta, de madera a ser posible, donde se concentre el calor que su propio cuerpo emite.

Vida de ciudad

Parece que en este apartado no hay riesgo alguno en cuanto al frío se refiere. Vivir en una casa junto a los dueños es un lujo comparado con la situación de sus colegas rurales.

Está claro que, dentro de las casas, la temperatura no suele bajar de 15 grados y es perfectamente compatible con la vida animal, ya sea canina o felina. No obstante, dentro de las casas habitan perros de muy diferentes razas y al estar a temperaturas constantes todo el año, no desarrollan protecciones naturales frente a las inclemencias climatológicas.

En el momento que salimos con nuestro perrito a dar un paseo, debemos valorar la temperatura que hay y si nuestro chihuahua podrá mantener sus 38 grados corporales cuando fuera sólo hay 3 grados. La opción de ponerle un abrigo es una necesidad en este tipo de razas, ya que realmente sufren un choque térmico brutal para el que no están en ningún caso preparados. Ni que decir tiene el querer que nos acompañe al jardín a hacer un muñeco de nieve porque por primera vez ha nevado en casa… Este tipo de situaciones pueden provocar graves patologías en nuestros mejores amigos, si no le protegemos adecuadamente con ropa indicada para ello.

Igualmente pasa con un labrador gordito que vive junto al sofá. Parece resistente a todo y, sin embargo, el pelaje es fino y poco espeso, por lo que al salir en plena noche su cuerpo es incapaz de mantener la temperatura necesaria. Lógicamente pasará más tiempo hasta que esa situación sea peligrosa, pero igualmente no son inmunes al frío por muy grandes que los veamos.

Graves peligros para las mascotas

De manera puntual quiero hacer mención a los perros que pasan a dormir en el garaje las noches de invierno. No nos cansaremos de recordar lo peligrosas que son determinadas sustancias como el anticongelante de los motores. Su sabor dulzón atrae irremediablemente a perros y gatos y es letal, ya que provoca un fallo renal fulminante.

Así mismo, los gatitos callejeros encuentran en el calor de los motores de coches y camiones el refugio perfecto para los días más fríos. Si aparcas en la calle en una zona donde suele haber gatos, es una buena costumbre mirar antes de arrancar para evitar que sufran algún daño.

Al igual que nos preocupamos de la temperatura que hace en el exterior cuando vamos a salir de casa, debemos pensar en cómo puede afectar a nuestro mejor amigo y evitarle choques bruscos para los que tampoco poseen defensas naturales.

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