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Es más fácil de lo que crees

Masturbación meditativa: 5 técnicas para alcanzar el orgasmo del siglo

Que levante la mano quien no se haya quedado con las ganas de llegar al orgasmo alguna vez, incluso cuando todo indicaba que el sexo sería épico. Quien estando a punto de alcanzar la anhelada gloria, de repente tiene que conformarse con lo vivido porque aquel mágico segundo se ha esfumado de repente.

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Ocurre más veces de las que nos atrevemos a admitir, sobre todo porque muchas mujeres, cuando se acercan al clímax, experimentan un repentino miedo a perder el control que les baja la libido al momento. Pero no hay razón para negarnos el derecho al orgasmo eternamente. Se trata de un fenómeno mental, no físico, y nada mejor que la meditación para entrenarlo.

1. FANTASEA

Imagina esta escena: te estás masturbando y puedes empezar a sentir la agradable promesa del orgasmo. Entonces, de repente, recuerdas que has olvidado enviar un correo electrónico del trabajo, o que necesitas lavar la ropa del gimnasio, o que no has llamado a tu madre. Y de repente, ese orgasmo se te escapa rápidamente de las manos. Si más que imaginarlo te estás viendo reflejada, y aunque te haya ocurrido a solas o con tu pareja, el mejor truco cuando te venga a la mente un quehacer cotidiano es cambiarlo inmediatamente por un pensamiento sucio. Algo que te excite, rápido. Un BDSM, un trío, el vecino del tercero, el padre de esa niña del cole. Lo que sea, pero trata de concentrar toda tu atención en esa fantasía sexual. Este método te ayudará a mantenerte enfocada en el ahora, en la acción, así que sigue pensando en lo que te pone y móntate en la cabeza esa película X para la que nunca tienes presupuesto.

2. PON ATENCIÓN

Visto de esta manera, la masturbación y el sexo deberían ser una forma de meditación en sí mismas. Es tu momento para relajarte y hacer algo bueno por y para ti. Sin embargo, hemos visto que puede resultar difícil centrarse en la tarea en cuestión cuando la mente no deja de desviarse hacia las preocupaciones mundanas como la pila de facturas que nos queda por pagar este mes. Ahí es donde entra en juego la atención plena. La masturbación meditativa te ayuda a salir de tu cabeza y entrar en tu cuerpo. Prueba esto: la próxima vez que te masturbes o que estés en plena relación sexual, concéntrate en todo lo que estás haciendo y haz lo posible por mantenerte completamente centrada en el momento. Presta atención a cómo te sientes cuando acaricias tu clítoris de diferentes maneras, o cuando tu pareja incorpora los pezones en el juego. Y por qué no, enciende velas, baja las luces o date un baño caliente para crear una atmósfera libre de estrés y de distracciones. Al mantenerte presente no solo atenúas la ansiedad, sino que también le das a tu cuerpo la oportunidad de rendirse totalmente al placer.

Manos
Manos | iStock

3. COMPRA JUGUETES

Si después de todo no consigues llegar por tu cuenta y riesgo a tan anhelado momento, no te avergüences de recurrir a un juguete. De hecho, ¡menos mal que existen! Usar un vibrador o un estimulador del clítoris puede hacer maravillas. Los primeros se ajustan alrededor de los labios y ayudan a estimular la zona correcta, y los segundos suelen hacerlo mediante la succión de aire suave pero rápida, algo que resulta de lo más agradable para la mayoría de las mujeres. Las tiendas eróticas ya no son grotescos establecimientos llenos de artilugios extravagantes, el mercado está lleno de juguetes delicados y sofisticados, pensados por y para el placer femenino. Echa un vistazo y no tengas miedo a preguntar. Seguro que encuentras el ‘amigo’ perfecto para ti.

4. MEZCLA

Dicen que a nadie le gusta el cambio, pero cuando se trata de sexo, el cambio suele ser algo bueno. La monotonía es aburrida. Si la misma estimulación constante te acaba dejando entumecida, considera cambiar de postura o de ritmo justo antes del clímax. Por ejemplo, si estás haciendo el perrito, date la vuelta y toma el control desde la parte superior. O si estás sintiendo que tu orgasmo comienza a desarrollarse durante el misionero antes de lo previsto, pídele a tu compañero que mantenga el ritmo o incluso que cambie de posición y te ayude a mantenerlo hasta el final. A veces, intentar algo completamente diferente justo en ese momento crítico puede sorprender al cuerpo con un minuto de dicha absoluta.

5. HABLA DE ELLO

Si la pérdida de tu orgasmo es un problema constante y tienes la sensación de haberlo intentado todo, quizás deberías considerar una terapia cognitiva conductual o una terapia sexual. Tal vez no puedas llegar al clímax porque temes perder el control, tal vez tu anhelo se deba a una presión por dar y obtener siempre lo mejor de ti, o simplemente no te sientas cómoda con tu pareja actual. Cualquiera que sea el motivo, hablar con un experto puede ayudarte a encontrar la raíz de lo que te está sucediendo y la mejor manera de afrontarlo.

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