¿Cuáles son los medicamentos con más efectos secundarios?

Un efecto o reacción adversa a un medicamento (RAM) es una consecuencia no deseada tras la administración de un fármaco en dosis terapéuticas normales. Los efectos adversos se dividen en: muy frecuentes, frecuentes, poco frecuentes, raras y muy raras, dependiendo de la incidencia con la que aparecen.

¿Todos los medicamentos deben superar ensayos clínicos antes de llegar a la farmacia?

Para que un medicamento sea comercializado tiene que someterse a un largo proceso de estudio mediante varias fases de ensayos clínicos donde se evaluará la seguridad y la eficacia del fármaco. Una vez que se haya demostrado que el medicamento es seguro y eficaz, recibirá la autorización sanitaria y podría ser comercializado en farmacia. Cabe destacar que dentro de los estudios realizados siempre se mide que el balance beneficio/riesgo sea positivo para el paciente.

Estos son los medicamentos con más efectos adversos

Antiinflamatorios: Como el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico pueden causar molestias gastrointestinales y desencadenar incluso una úlcera gástrica, por eso se recomienda su uso con alimentos.

Anticoagulantes orales: Medicamentos que evitan la formación de coágulos en la sangre Se usan para la prevención y el tratamiento de la trombosis. Uno de los más conocidos es el acenocumarol y su efecto adverso más frecuente es la hemorragia como consecuencia de la cantidad de interacciones que tiene con diversos medicamentos de uso diario (antiinflamatorios como el ibuprofeno, antifúngicos…) incluso con alimentos (verduras de hoja verde que contienen vitamina K, que es procoagulante) que incrementan la concentración de este medicamento en sangre.

Heparinas: Medicamentos cuya forma farmacéutica es una jeringa precargada que se inyecta de forma subcutánea, se usan para el tratamiento y la prevención de la trombosis. Su efecto adverso más frecuente es la aparición de hematomas en el lugar inyectado y posibles hemorragias.

Antibióticos: Medicamentos que se encargan de combatir una infección causada por una bacteria. Los efectos adversos más frecuentes son las diarreas, y la aparición de infecciones fúngicas como consecuencia de la destrucción de nuestra flora intestinal, bucal o vaginal, dejando más expuesto al organismo a sufrir estos episodios.

Antidiabéticos orales: Son medicamentos ampliamente utilizados usados para disminuir los niveles de glucosa cuando se encuentra elevada en sangre. La metformina la usa un gran porcentaje de la población y sus efectos adversos más frecuente son las molestias gastrointestinales con episodios de diarreas diarias, flatulencia y náuseas.

Antidepresivos orales: Son medicamentos que se encargan de tratar la depresión generalizada, trastornos obsesivos-compulsivos y la ansiedad. Sus efectos adversos más frecuentes son la somnolencia, disminución de la libido y la sequedad de boca.

Antihipertensivos: Los llamados IECAS(como el enalapril) poseen un efecto adverso muy frecuente que es la tos seca persistente, cuando esto limita la vida del paciente, suelen cambiarles el tratamiento a otro grupo de antihipertensivos.

Hierro: Medicamento que se usa para el tratamiento de la anemia y los estados carenciales de hierro. Su efecto adverso descrito es el dolor abdominal, náuseas y estreñimiento.

Analgésicos opiáceos: Como el tramadol, sus efectos adversos más acusados son el estreñimiento, la sensación de mareo y la somnolencia sobre todo al inicio del tratamiento.

Corticoides orales: Son medicamentos antiinflamatorios, que si su uso se prolonga en el tiempo aparece un efecto adverso muy frecuente que es el aumento de la glucemia. Hay que tener especial cuidado en el paciente diabético y el tratamiento con corticoides.

Debido a la época en la que nos encontramos, es muy importante recalcar que muchos medicamentos son fotosensibilizantes produciendo reacciones anormales en la piel tras la exposición solar, muchos de ellos son utilizados de forma habitual (antiiflamatorios, píldoras anticonceptivas, algunos tipos de antibióticos, retinoides…).

Recomendamos utilizar filtros solares de elevado factor de protección, repetir la aplicación cada 2-3 horas, evitar las horas de mayor exposición solar.

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