Ni détox, ni alimentos ecológicos...
Mitos sobre alimentación que son más falsos que Judas
En materia de alimentación y nutrición, la ciencia ha avanzado tanto que muchas creencias que teníamos grabadas a fuego desde la infancia han sido desmentidas o matizadas a lo largo de los años.
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¿Sabías que el zumo no pierde las vitaminas si no lo tomas de inmediato? ¿O que no es necesario hacer dos horas de digestión antes de bañarnos? ¿Que los huevos no suben el colesterol? Veamos algunos otros mitos que probablemente hayamos creído siempre sin saber que son falsos.
Hay que comer cinco veces al día. Falso. No existe una fórmula mágica, ya que el número de comidas diarias depende siempre del estilo de vida y las necesidades de cada persona. Se puede estar perfectamente alimentada haciendo cinco comidas o tan solo dos. De hecho, diversos estudios recientes han señalado las posibles ventajas de realizar ayunos intermitentes, es decir, espaciar ampliamente el tiempo que pasa entre la última comida del día y la primera de la mañana.
No hay que beber agua durante las comidas. Tampoco es cierto. Hay que beber abundante agua siempre que tengamos sed, antes, durante y después de las comidas. Solo si tendemos a sufrir de gases es mejor evitar beber agua en las comidas. Si no es el caso, adelante con ella. Y siguiendo con el agua…
Hay que beber dos litros diarios. Pues no. Es cierto que es necesario beber agua para mantenernos hidratadas y garantizar el correcto funcionamiento de numerosas funciones vitales, pero también lo es que no es necesario contar los vasos y que el consumo de agua dependerá siempre de nuestra actividad, la temperatura exterior y una serie de factores. Hay que pensar, además, que, si bien el cuerpo necesita agua, esta también se puede obtener a través de los alimentos y de infusiones, cafés, etc.
Solo podemos comer un huevo a la semana. No es cierto que los huevos aumenten el colesterol y que solo podamos consumir uno a la semana, como se dijo durante un tiempo. Comer huevos siempre es recomendable, pues tienen proteína de alto valor biológico y otros nutrientes, son muy completos y moderadamente calóricos. Así pues, podemos tomar huevos sin problema y, de hecho, son ideales para reducir el consumo de carne y obtener de ellos la proteína necesaria para nuestra dieta.
Hay que hacer dos horas de digestión antes de bañarte. Tampoco. Lo que hay que hacer es, en realidad, entrar al agua poco a poco para evitar lo que se llama hidrocución, un cambio brusco de la temperatura corporal que puede dar lugar a lo que se conoce como corte de digestión. Así pues, se trata, simplemente, de irnos mojando poco a poco y entrar al agua lentamente.
Existen alimentos quemagrasas. Nada más lejos de la realidad. Hay alimentos con pocas calorías, cuyo consumo puede ayudarnos a perder peso, pero no existe ningún alimento que queme grasas, literalmente. Suelen ser falsos reclamos para vender algunos productos de los que deberíamos huir como de la pólvora.
Existen alimentos détox. Ningún alimento desintoxica, un término que en nuestro imaginario representa un gran aspirador barriendo las toxinas acumuladas durante años en los intestinos, ni tampoco es necesario que lo haga, pues nuestro cuerpo está perfectamente preparado para eliminar por sí solo lo que le sobra. Huyamos, pues, de todos esos zumos milagrosos que prometen desintoxicar nuestro organismo a precio de oro: no sirven para nada.
La fruta después de comer engorda. La fruta es buena siempre: antes y después de comer, entre comidas y también para cenar. Es recomendable, sin embargo, no concentrarla a la hora de la cena, ya que provocará un pico de glucosa en el momento del día en que menos la necesitamos y repartir su consumo a lo largo del día.
El plátano engorda mucho. Sí y no. Es cierto que el plátano tiene el doble de calorías que la manzana, pero también lo es que también pesa aproximadamente la mitad. Por lo tanto, si escogemos un plátano de tamaño estándar estaremos consumiendo el mismo número de calorías que si comemos una manzana mediana. Además, el plátano tiene una buena cantidad de hidratos de carbono y potasio, es altamente saciante y muy completo.
El chocolate provoca acné. No existen estudios concluyentes al respecto. Es posible, de hecho, que lo que provoca acné sea la leche que contiene el chocolate, pues sí que diversos estudios han relacionado la aparición de granitos con el consumo de lácteos.
El azúcar moreno es mejor que el refinado. Ni la miel, ni el agave ni otros endulzantes alternativos que se han puesto de moda últimamente son mejores que el azúcar. Contra el azúcar solo existe una solución: ir reduciendo progresivamente las cantidades que añadimos a la comida y acostumbrando a nuestro paladar al sabor de los alimentos, además de evitar consumir alimentos con azúcares añadidos.
Es mejor comprar alimentos ecológicos. No lo es, y mucho menos para el bolsillo. Lo ideal es comprar productos de temporada y proximidad, los cuales, pese a llevar productos químicos, son 100% seguros e inocuos para el organismo, testados repetidamente por las autoridades sanitarias europeas.
Hay que reducir el consumo de grasas. Si podemos evitar el consumo de grasas saturadas y trans mejor que mejor, pero existen grasas saludables, las insaturadas, que se encuentran en productos como el aceite de oliva o el aguacate, por ejemplo, y que mejoran nuestra salud cardiovascular. Hay que incluirlas diariamente en la dieta para gozar de una buena salud.
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