PERDER PESO
Mitos sobre el ejercicio y la dieta que te hacen fracasar en la operación bikini
¿Qué necesitas para perder entre 5 y 7 kilos de cara al verano? Desmontamos cuatro falsas creencias sobre la alimentación y el deporte que te impiden alcanzar el objetivo.
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Uno de los propósitos más comunes desde que empezamos a percibir la llegada del buen tiempo es el de perder peso. Nos preocupa vernos y sentirnos bien en bikini o en bañador, queremos evitar que un tirante deje ver un brazo demasiado flácido, que un pantalón corto deje asomar la celulitis...
Pero nos lo planteamos en mayo o en junio, cuando nuestra capacidad de reacción es ya muy limitada.
El objetivo es idéntico cada año, pero el resultado también se parece bastante: ponemos todo nuestro empeño durante un periodo muy corto y, al comprobar que la evolución no es tan veloz como nos habíamos propuesto, abandonamos convencidos de que el problema estaba en el método elegido y no en nuestra falta de compromiso.
Desmontamos cuatro falsas creencias sobre la dieta y el deporte para que, al menos este año, ahorres tiempo y dinero:
Esta dieta sí que funciona
Ni la dieta disociada (con ninguno de sus variados nombres: Keto, Dukan, Montignac...), ni la hipocalórica, ni el ayuno intermitente obtienen objetivos permanentes. Si las dietas funcionaran, realizaríamos una sola a lo largo de nuestras vidas, y a partir de ese momento nos mantendríamos delgados.
Muchas de estas restricciones alimentarias tienen efecto a corto plazo, y pueden aportarnos la sensación de ser efectivas. Sin embargo, resulta imposible infraalimentarnos de manera indefinida, y de hecho muchas de esas dietas con selección de alimentos suponen un riesgo evidente para nuestra salud, fundamentalmente para nuestro sistema renal.
"Quien está gordo es porque quiere"
Somos capaces de entender y asumir que existen personas más altas, más rubias o con la piel más oscura, pero nos negamos a aceptar que simplemente existen personas más gordas.
Probablemente, ninguna de ellas disfrute recibiendo críticas y consejos de personas de proporciones normativas, que se creen con derecho a opinar sobre cuerpos ajenos en nombre de la salud.
Los gordos no disfrutan siéndolo. Detrás de su tamaño hay motivos tan variados como la genética, enfermedades crónicas, condiciones socioeconómicas, trastornos de la alimentación, etc.
La gran mayoría ha probado dietas de todo tipo... sin éxito. Muchos, incluso, se han sometido a operaciones de gran riesgo con tal de escapar de las críticas y la burla social. Por lo tanto, no: los gordos no son gordos porque quieren, y no van a dejar de serlo por ponerse a dieta en junio.
"Si entreno varias horas cada día, adelgazaré más rápido"
Más bien, si entrenas varias horas al día, después de un periodo prolongado de sedentarismo, lo más probable es que te lesiones o te dé una pájara.
Hay dos claves fundamentales para el éxito deportivo, tanto cuando el objetivo es perder una talla como cuando se trata de fortalecer o mejorar resultados: progresión y descanso.
Debes ser consciente de cuál es tu nivel de partida y comenzar con un entrenamiento y una periodicidad que seas capaz de mantener con éxito.
Si pretendes concentrar el esfuerzo únicamente en las cuatro semanas previas al verano, ten en cuenta que todo tu progreso se esfumará casi inmediatamente después del parón.
"La dieta es más efectiva que el deporte"
A corto plazo, y con el único objetivo de reducir un número en la báscula con fecha concreta, desde luego que sí: aunque sólo sea por la pérdida de líquidos.
Sin embargo, si la intención es transformar nuestro cuerpo y mantenerlo en el tiempo, el entrenamiento debería ser la opción preferida por varios motivos:
- Con una rutina adecuada, trabaja la pérdida de grasa y evita la pérdida de músculo. Esto se traduce en que el adelgazamiento es real y sostenible en el tiempo.
- El deporte da forma a nuestro cuerpo y combate la flacidez al mismo tiempo que ayuda a perder peso.
- Lo más importante: No es una decisión en contra de la salud, como ocurre con las dietas restrictivas, sino todo lo contrario: prolonga nuestra calidad de vida, independientemente de cuánto nos adelgace.
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